Columna de opinión de Oscar González Almonacid
El Día del Patrimonio Cultural de Chile se celebra desde el año 2000 cada último domingo de mayo, con el objetivo de realizar una jornada festiva y de reflexión sobre los valores, el rol y el significado de nuestra herencia cultural.
Justamente la herencia de cómo se manifestaban los pueblos es el concepto que más me acomoda para describir el patrimonio cultural, legado fértil que hemos recibido pero que no estoy seguro dejaremos para las generaciones posteriores.
Nuestros pueblos originarios nos han legado una forma respetuosa de convivir con nuestro mar dejando como herencia una alimentación basada en pescados y mariscos dejando como relictos conchales y corrales de pesca y como costumbre los curantos y un cuánto hay de recetas marinas.
El mar que ha conectado las islas de nuestro archipiélago, entregado sustento desde sus bancos naturales, que nos ha refrescado en los periodos estivales, hoy está presentando los primeros síntomas de agotamiento y entregando señales sobre lo que puede pasar en el futuro si no reaccionamos a tiempo.
Es momento de reflexionar sobre el patrimonio que nos han heredado y cómo podemos cuidarlo para que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de las bondades de nuestro mar tal como nosotros lo hemos hecho.