Destacando el impacto positivo de ésta como factor de desarrollo económico en zonas extremas de Chile.
El Dr. Sergio Soza Amigo, académico de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt junto con los investigadores Mario Garay (Universidad de Magallanes) y Patricio Aroca (universidad Adolfo Ibáñez), realizaron una publicación científica en la que analizaron el impacto de la educación en las economías locales, estudiando las ciudades de Arica, Punta Arenas y Valdivia, las dos primeras extremas y relevantes para las economías regionales y la tercera para comparar variables más al centro del país pero con una importancia clave para la región de Los Ríos.
Para ello el Dr. Soza aportó con metodología y parte de información del proyecto de investigación FONDECYT Número 1160196 “La Vocación Productiva, el Nivel Educativo y la Funcionalidad del Centro Emisor y Receptor como Factores Explicativos de la Conmutación Inter e Intrarregional en la Región de los Andes Australes de la Patagonia Chilena”.
La publicación conjunta destaca el efecto positivo y de aporte al desarrollo económico de las comunidades ubicadas sobre todo en las zonas extremas como Arica y Punta Arenas a través de los servicios de educación analizando ésta como parte de los procesos de las economías locales de las regiones extremas de Chile en los ámbitos de docencia, investigación, desarrollo y vinculación con el medio.
Trabajando con tablas input-output y variadas formulaciones, se concluye que las actividades económicas forman; diferentes interrelaciones e impulsos, los que afectarían, dependiendo de su número e impacto, en el desarrollo local. En general, las interrelaciones fueron altas y bajos los impactos; sin embargo, el caso de la educación es distintos pues logra con pocas interrelaciones tener en términos de alcance altas repercusiones económicas.
En consecuencia, indican los investigadores que la educación es fundamental para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico, lo que llevaría a disminuir las desigualdades económicas y sociales, propiciando la movilidad social de las personas al acceder a mejores empleos y tener mejor calidad de vida de la población. Es decir, la existencia de un centro de educación superior provoca un conjunto de efectos económicos e interrelaciones, que influyen en la competitividad y crecimiento económico de la localidad en la cual está inserta.