Aunque no hay una cifra oficial de su prevalencia en Chile, se estima que por lo menos 30 mil personas padecen esta enfermedad neurodegenerativa. Los principales síntomas tempranos que pueden ayudar a reconocerla, los abordamos en esta nota.

Es una enfermedad progresiva y crónica, que causa una pérdida paulatina de la capacidad física y mental. La mayoría de los pacientes de Parkinson se encuentran en situación de doble vulnerabilidad: vejez y discapacidad y si bien mayoritariamente se presenta en personas mayores a 50 años, también se da en personas jóvenes. Según estudios, hasta un 20% de las personas afectadas han sido diagnosticadas antes de los 40 años, así lo constató la Federación Española de Parkinson (FEP).

“Esta enfermedad se caracteriza por la falta de producción de una sustancia química en el cerebro llamada dopamina, la que es responsable de ayudar a los movimientos del cuerpo y de regular el estado de ánimo de una persona”, explica el Dr. Roque Villagra, neurólogo y director médico de CENPAR, el primer Centro de Parkinson en Chile que incorpora un Modelo de Rehabilitación Integral, que entrega una atención personalizada y multidisciplinaria a los pacientes y su entorno más cercano, con el propósito de mejorar su calidad de vida desde el plano biológico, social, familiar y espiritual.

Asimismo, el especialista comenta que “la enfermedad de Parkinson se suele denominar idiopática, lo cual significa que se desconoce su causa primaria, y aunque este déficit es el defecto primario, aún queda por descubrir cómo se pierde esta dopamina. Los estudios indican que la causa es una combinación de susceptibilidad genética y factores ambientales”.

Reconociendo las primeras señales

 

En Chile, se espera que para el 2050, el 23,5% de la población tendrá más de 60 años, por lo que reconocer de manera temprana esta enfermedad puede ser un factor primordial para lograr un diagnóstico oportuno, que junto a una correcta rehabilitación pueden definir un exitoso tratamiento. A continuación, el Dr. Villagra nos comenta los primeros signos para tener en consideración.

Temblores o contracciones en las extremidades cuando está en reposo o relajado. El temblor puede ser normal después de mucho ejercicio o si ha tomado algún medicamento.

Disminución repentina y radical del tamaño de su escritura. Lo normal es cambiar nuestra escritura gradualmente a medida que envejecemos o por la pérdida de visión.

Problema para oler ciertos alimentos como plátanos, pepinillos o canela. Lo habitual es perder el olfato si tiene un resfriado o gripe, sin embargo, los olores deben regresar al mejorar.

Movimientos repentinos durante el sueño profundo, caídas de la cama o dar puñetazos mientras duerme.

Rigidez en su cuerpo, brazos o piernas. Sensación que los pies “se pegan” al piso, si hay dolor en la cadera u hombros, si la gente comenta que se ve tieso debería hablar con su médico.

Si usted sufre de estreñimiento frecuente puede ser un signo temprano de la enfermedad.

Cambios en el volumen de la voz, voz baja o sonido ronco. Algunas veces usted puede pensar que las personas a su alrededor se están volviendo sordas, pero es su voz la que ha cambiado.

Falta de expresión facial o parpadeo es un signo de alerta temprana. ¿Le han comentado que usted se ve enojado, serio o deprimido, aun cuando no está de mal humor?

El mareo o desmayo pueden ser síntoma de presión arterial baja, la cual puede estar relacionada a la enfermedad. ¿Siente usted que se marea cuando se levanta de una silla o de su cama?

Si su postura al estar de pie ya no es igual, si su familia o amigos notan que usted se está encorvando consulte a su médico para descartar una enfermedad articular.