ORGANIZACIONES SALUDABLES; UN MIRADA INTEGRATIVA DE DIVERSAS VARIABLES ESTUDIADAS EN EL MUNDO LABORAL
Por Angélica Hernández, académica de Psicología, Universidad San Sebastián.
¿Cuáles son las nuevas estrategias utilizadas por las organizaciones para la mantención y desarrollo de su talento humano? Hace algunos años que la remuneración no es el único componente necesario para mantener a los colaboradores felices al interior de las organizaciones, existen una serie de componentes, los cuales al igual que una receta de comida, debe contener los ingredientes exactos, acompañados de la porción correcta y al gusto de su público objetivo. No todas las organizaciones presentan las mismas necesidades, lo cual depende de su ciclo vital, estrategia y planes de futuro, por lo cual, el primer paso es identificar las características propias de la cultura organizacional (su forma de ser) y cualidades propias que la hacen ser única en el sector al que pertenece. Luego de este ejercicio, es importante lograr diseñar estrategias orientadas a la realidad de cada empresa, considerando rubro o giro comercial, localización geográfica, vínculo con el entorno y otras variables de relevancia que aporten al logro de objetivos.
La introducción de perspectivas como la responsabilidad social empresarial entre otras, han posicionado el concepto de organización saludable en una óptica más integradora; así, se habla de las organizaciones saludables en la medida en que estas logran impactos positivos en los colaboradores, los clientes, los accionistas, los proveedores, los socios de negocio y la sociedad en general.
Existen modelos explicativos en torno al concepto de organización saludable; algunas de las propuestas revisadas enfatizan especialmente en los colaboradores y en sus condiciones de salud física y psicológica como elemento central, en contraste se identifican y describen otros modelos explicativos que pretenden generar un impacto saludable desde una perspectiva que integra diversos actores de la vida organizacional. Así, se aborda el concepto de organización saludable como el resultado de un conjunto de prácticas empresariales que impactan a los empleados, los clientes, el medio ambiente, la sociedad, los proveedores y los accionistas.
El Modelo Integral de Organización Saludable (MIOS), se concibe como la integración de un grupo de factores que, al interactuar, podrían estar asociados con el bienestar y la salud de las organizaciones. Otro elemento característica, estaría centrado en lo relacional. La pertenencia a redes empresariales formales e informales y la participación en espacios de desarrollo como ciencia, tecnología e innovación, contribuirían a consolidar mejores condiciones de salud organizacional.
Las organizaciones saludables monitorean permanentemente el entorno y sus condiciones internas, esta es una acción que se hace parte de un estilo de vida saludable. De manera sistemática estas organizaciones evalúan su impacto entre sus grupos de interés y también consideran la medida en que estos grupos, están generando impacto en la organización, por esta razón, hablar de resultados saludables implica la incorporación de múltiples dimensiones.
Es importante considerar elementos internos y externos de la organización en la explicación de un comportamiento saludable, en estos lugares de trabajo, es común observar una cultura organizacional centrada en la cohesión y desarrollo personal, siendo importante reforzar los estándares de conducta organizacional que fomenten una cultura y ambiente de trabajo de colaboración, ya que permitirá a los individuos y grupos de la organización el objetivo de alcanzar el máximo potencial.
En la última década, se ha visto un crecimiento en las organizaciones que buscan la igualdad de oportunidades, donde un 60% de los directivos son mujeres, ofreciendo responsabilidad y autonomía a los trabajadores que se incorporan desde el primer momento, permitiéndoles mostrar su valía y ayudándoles a crecer personalmente.
Finalmente, en base a lo mencionado durante este artículo, podemos concluir que es el momento de avanzar hacia prácticas y mecanismos saludables a nivel organizacional, ejemplificar estas iniciativas a otras organizaciones, dando cuenta del impacto que estas generan en indicadores tan relevantes como la satisfacción y desempeño, en un entorno en permanente transformación. Esto implica, entre otros, cambios de enfoque en áreas como la gestión de riesgos psicosociales hacia un modelo emergente basado en las fortalezas de las personas y el funcionamiento organizacional óptimo. Incentivos que hagan sentir a los colaboradores integrados, importantes y motivados a la acción, permanentes fuentes de desarrollo que inspiren a las personas a aumentar su compromiso, contribución y sentimientos de pertenencia hacia su organización.