Tener un negocio exitoso actualmente es una ardua tarea que requiere de aplicar las distintas habilidades que debe poseer la persona que lidera dicha empresa. En este sentido, en la montaña se persigue igualmente un objetivo con la misma pasión que en un negocio, llegar a la cumbre y colocar una bandera que deje tu huella.
Para alcanzar ese objetivo se debe comenzar con una meticulosa planificación de cada detalle antes de siquiera comenzar el viaje. Hay que medir muchas variantes importantes porque si la logística se hace mal, hará que la escalada sea un fracaso. El clima, el tiempo de la expedición, la cantidad de personas que irán en la misma, la cantidad de comida que se necesitará incluso en casos que ocurra alguna demora en la ascensión, cuerdas, medicamentos, carpas y más, deben calcularse porque el peso también es un ítem de importancia.
No puedes plantarte frente a tu Everest sin un plan de acción, pero tampoco se debe olvidar que en algunos casos se necesita de la improvisación. No puedes ir con menos equipo del necesario, pero tampoco con más. El éxito de llegar a la cima depende fuertemente de la planificación y la logística, además de estar consciente de que algo puede salir mal y que hay que saber tomar las decisiones correctas en el momento preciso.
Del lado contrario, también hay que saber las cosas que no se pueden hacer y tenerlas muy presentes. Es así, como considero que escalar montañas se parece mucho a los negocios pues todo lo que debes aplicar en cuanto a logística, organización y prevención de riesgos, se aplica de igual manera en los negocios para lograr que sean exitosos. La suerte no existe, solo existen las probabilidades y van de la mano de la logística.