Columna de opinión

Soraya Said Teuber

Seremi de Desarrollo Social en Los Lagos

 

HAGAMOS DE LOS GRANDES, NUESTROS SERES DE AMOR Y RESPETO

#MESDELOSGRANDES

 Durante todo el mes de octubre, diversas instituciones públicas han desarrollado actividades conmemorando el “Mes de Los Grandes”, pero más allá de las celebraciones – que sin duda son importantes – quiero invitarlos a reflexionar sobre la situación en la que hoy muchos de nuestros adultos mayores se encuentran. Que pensemos en torno a estas breves líneas, en los más de 10.000 adultos mayores de nuestra región que se encuentran solos, desvalidos y sin fuerza para reclamar sus derechos. Podemos crear muchas iniciativas y políticas públicas, sin embargo, ninguna de ellas tendrá un real impacto si no cambiamos la forma de como miramos el envejecimiento y le asignamos un valor a la etapa a la que todos algún día llegaremos. Por tanto pensar y reflexionar en torno a esto, no es empatía, no es piedad, es una realidad ineludible.

Pensemos ¿Cuán fuerte estamos trabajando como sociedad por un cambio cultural en las personas y familias sobre la mirada que tienen frente a las personas mayores o ¿De qué manera estamos favoreciendo la integración social de ellas en todos los ámbitos de la vida? Era urgente construir una mirada nueva, positiva e inclusiva entorno a ellos.

Nuestro Presidente Sebastián Piñera, nos ha impuesto a todos los Chilenos ese gran desafío, y para ello desde el gobierno se están impulsando una serie de iniciativas que los realzan a ser “Adultos Mejores”.

Desde su desarrollo material, sin duda la gran urgencia y a la vez la gran deuda son las pensiones, pero también se suma el desarrollo espiritual, que confluyen en la integridad y respeto para con ellos.

En esa línea, es vital el compromiso de todos por un nuevo trato, reconociendo no sólo el aporte que han hecho a la sociedad sino también lo mucho que tienen aún por entregar. Por tal motivo, se considera como uno de los ejes centrales el impulsar políticas de envejecimiento positivo que justamente buscan alcanzar la mayor realización material y espiritual posible.

Destacado es el rol del Ministerio de Desarrollo Social donde nos corresponde convocar a las familias a respetar y cuidar de ellos, a no abandonarlos. El omitirlos, el olvidarlos, es sin duda la mayor vulneración.

Todos los adultos mayores, tienen el sueño y la convicción de poder ser “Adultos Mejores”, pero la preocupación está en sensibilizar al resto de la sociedad, a no olvidar nuestro origen, nuestra matriz de amor, finalmente el respeto por nosotros mismos y nuestra esencia del SER humanos.

Toda política pública, toda acción de Estado o de gobierno, será estéril, en la medida que las propias familias no fortalezcan y comprendan su rol. Debemos hacer partícipes de la familia a nuestros adultos mayores, partícipes de la sociedad y que no tengamos más que lamentar situaciones de exclusión social, de abandono y de vulnerabilidad, ese es el trabajo que convoca a nuestro Ministerio, ese es el máximo desafío que tenemos como Chilenos. Transformar nuestra sociedad en valores de amor y fraternidad, conscientes todos, de que la etapa de adulto mayor, es un capital y aporte intangible invaluable, que únicamente trasciende si no los dejamos en el olvido.