Néstor González Hidalgo
Prefecto inspector, jefe regional de la PDI en Los Lagos
El cuidado del medioambiente y su conservación se ha transformado durante el último tiempo en una de las principales preocupaciones de la sociedad chilena.
Desde los años noventa que nuestro país ha registrado un incremento en la contaminación de las aguas, cuyo origen se basa en los procesos industriales, de urbanización, faenas agrícolas, descargas de aguas servidas domésticas y los residuos industriales sin previo tratamiento, lo que afecta directamente los ecosistemas y, por sobre todo, la salud de la población.
Sin ir más lejos, de acuerdo al último informe elaborado por el Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR2), el cual está compuesto por investigadores de la Universidad de Chile, Concepción y Austral, el medio ambiente en Chile no resistiría más presión humana ni contaminación, por lo que se llama a poner atención a los cambios en las temperaturas de los océanos y la contaminación de éstos.
A partir de ello, la Policía de Investigaciones de Chile, mediante sus Brigadas Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema), se han abocado a indagar en coordinación con el Ministerio Público los casos de contaminación de aguas, siendo su principal objetivo la protección de los recursos naturales.
Se trata de una lamentable realidad de la cual la región de Los Lagos no está ajena. Actualmente la Bidema lleva adelante diversas investigaciones relacionadas a la contaminación de cursos de agua en la zona, destacando durante el último tiempo una denuncia por la presencia de coliformes fecales en la playa Fátima de la comuna de Ancud, en la provincia de Chiloé.
A raíz de este y otros tantos casos, la PDI ha desarrollado un trabajo científico coordinado con los Laboratorios de Criminalística que posee la institución mediante la recolección y análisis de muestras obtenidas en los lugares afectados, además de la obtención de registros fotográficos, planimétricos, peritajes químicos y bioquímicos, según corresponda.
Sin duda aún nos queda trabajo por realizar en esta materia, no solo como policías, sino que como sociedad, donde la denuncia ciudadana se convierta en un pilar fundamental para la protección del medioambiente.