Hace más de 10 años la UNESCO estableció el día 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje, con la intención de llamar la atención sobre la necesidad de hacer esfuerzos por instalar prácticas de reciclaje, evitando perder materiales valiosos y reduciendo la cantidad de residuos que llega a los vertederos. Y es indudablemente una buena práctica que puede ayudar a disminuir en algo el impacto de la sobreexplotación de recursos naturales. Sin embargo, vemos con preocupación que después de más una década no ha sido, para la mayoría de la ciudadanía y las empresas, un real compromiso. Es un hecho también que a nivel regional y de país esta práctica no es realmente una solución, ni siquiera medianamente viable, ya que son muy pocos los materiales que efectivamente se pueden reciclar en Chile hoy, no existen en nuestra regiones proyectos municipales con suficiente cobertura y, a los pocos proyectos privados que se instalan, la ciudadanía responde con malas prácticas (no separa adecuadamente, entrega los materiales sucios, etc.).
No nos cabe duda de que el esfuerzo ciudadano y de las instituciones de educación (en todos los niveles) debe enfocarse a educar y promover conductas de producción y consumo sustentable (objetivo N°12 de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, ODS, planteados por la UNESCO en la llamada Agenda 2030).
Claramente en los países desarrollados el implementar buenos programas de reciclaje no generó disminución del consumo ni cambios fundamentales en la forma en que se diseñan y producen los bienes. Incluso para muchas personas el poder “reciclar” les genera una suerte de alivio de conciencia y persisten en consumir mucho más de lo que necesitan y de lo que es ético desechar.
¡Ya no queda tiempo! ¡El sistema de vida que conocemos hoy está a punto de desaparecer! ¿Seguiremos priorizando nuestra comodidad de comprar, consumir y botar plásticos de un solo uso frente a la necesidad de un futuro para las especies del planeta, entre las cuales está la nuestra? ¿O tomaremos en serio el problema global que enfrentamos y al menos, intentaremos hacer nuestra parte, siendo consumidores más responsables cuando compramos y luego antes de botar, al menos colaborar con los programas de reciclaje locales?
En el Día Internacional del Reciclaje, la invitación nos llega nuevamente y con sentido de la más alta urgencia.