La calidad de vida de los peces permite mejores resultados en la producción y entregar un producto con un valor agregado.
La Dra. Sandra Bravo del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile dirige el proyecto del Fondo de Investigación Pesquera y de Acuicultura (FIPA) del año 2017 denominado “Determinación y Aplicación de Indicadores Operacionales de Bienestar Animal en Salmónidos Cultivados en Agua Dulce”,iniciativa que ha contado con un amplio respaldo de las empresas salmoniculturas y que ya en su última etapa de desarrollo está mostrando resultados.
Según informa la investigadora, el objetivo de esta iniciativa ha sido identificar y determinar indicadores operacionales (IOBs) de bienestar animal en salmónidos en las etapas de reproducción, alevinaje y esmoltificación en agua dulce, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los peces y producir smolts robustos que tengan un buen desempeño productivo en el mar. El foco está puesto en la etapa de producción en agua dulce, ya que en el mar los peces están expuestos a una serie de situaciones adversas imposibles de controlar, y que por lo general desencadenan cuadros de enfermedad.
El concepto de bienestar animal, aplicado a los peces de cultivo ha ido cobrando cada vez más relevancia entre los consumidores y profesionales involucrados en la actividad acuícola. Actividades propias del cultivo intensivo, tales como el manejo por selección, muestreos, transporte y vacunación, cuando se realizan de manera inadecuada, pueden afectar el bienestar de los peces. A esto se suma el efecto que produce el confinamiento de los peces en altas densidades de cultivo, lo que puede generar un estrés continuo en los animales, resultando en la depresión de su sistema inmunológico, haciéndolos más propensos a enfermedades. Este tema ha cobrado más relevancia en los últimos años, ya que con el uso de los sistemas de cultivo hiperintensivos de recirculación (RAS), la calidad del agua se ha identificado como uno de los factores de riesgo más relevante para el bienestar de los peces.
De acuerdo con las cinco libertades o necesidades para los peces de cultivo definidos por la Farm Animal Welfare Council (FAWC), el bienestar de un animal está garantizado cuando un individuo está libre de hambre, sed y malnutrición; libre de incomodidad; libre de dolor, lesiones y enfermedades; libre de expresar un comportamiento normal; libre de miedo y estrés. Muchos piscicultores han experimentado que los peces cultivados bajo condiciones sub-óptimas presentan bajas tasas de crecimiento, generan mayor gasto en el control de enfermedades, y la calidad del producto final es precaria, generando deficientes resultados económicos. Por lo contrario, los mejores resultados productivos, en términos biológicos y económicos, son logrados cuando se toma conciencia de que la mejor forma de cultivar a los peces es considerando sus necesidades fisiológicas, ambientales y conductuales. De esta manera, el pez crece en forma óptima, en un ambiente adecuado y amigable. Esto ha llevado a que emerjan recomendaciones y códigos de buenas prácticas de tal forma mejorar las condiciones de cautiverio de los peces, considerando diferentes aspectos que van desde la selección adecuada del centro de cultivo hasta la forma de sacrificio.”
Con la finalidad de capturar información respecto a las prácticas operacionales y de manejo en la producción de salmones en agua dulce, se diseñaron dos encuestas, las que fueron aplicadas a 60 pisciculturas pertenecientes a 17 empresas salmoneras, lo que correspondió al 38,46% del universo total de pisciculturas comerciales que operan en Chile (156).
Los resultados generados, junto al levantamiento de información bibliográfica permitieron seleccionar los indicadores operacionales de bienestar a aplicar en la producción de salmones en agua dulce, los que fueron sometidos a discusión y validación en dos talleres de trabajo ejecutados con fechas 2 de agosto y 4 de octubre 2018.
En el segundo taller de trabajo se aplicó una encuesta Delphi, la cual también fue aplicada a expertos en bienestar animal, lo que permitió identificar los indicadores que fueron posteriormente validados en 16 centros de cultivos en agua dulce (6 pisciculturas con recirculación de agua; 3 pisciculturas con flujo abierto; 2 piscicultura con reutilización de agua; 2 pisciculturas con sistema mixto, y 3 centro de balsas jaulas en lagos).
Los indicadores seleccionados están basados en el pez (directos) y en el medioambiente (indirectos). La información generada está actualmente siendo procesada y quedará a disposición de los interesados una vez que el informe final del proyecto sea aprobado por el Consejo del FIPA.