Frecuentemente nos encontramos con la pregunta: “¿Por qué no se fue de nuevo a la Luna?”, lo que hace pensar en que tal vez, producto de la tecnología moderna que nos rodea, tendamos a olvidar lo increíblemente complejo y riesgoso que fue lograr este desafío.
En 1962 cuando el por entonces presidente John F. Kennedy planteó a su nación el desafío de poner a un hombre en la Luna antes que terminara la década, Estados Unidos apenas tenía 15 minutos de experiencia en vuelos espaciales, además habían sido vencidos sistemáticamente por la ex Unión Soviética, en todos los logros tecnológicos previos relacionados con la carrera espacial. Por lo que no sólo estaba en juego el orgullo de una nación, además dos sistemas económicos diametralmente opuestos se ponían a prueba.
El programa Apolo no sólo logró el alunizaje de dos astronautas en Julio de 1969 con la misión Apolo 11, cumpliendo así la meta propuesta, sino que completó con éxito las misiones 12, 14, 15, 16 y 17, la última en 1972. Poniendo así a un total de 12 personas en la superficie lunar por un total de más de 250 horas, cientos de kilómetros recorridos, decenas de experimentos y casi media tonelada de material recolectado. Considerando que el programa nunca contempló asentamientos permanentes o un programa constante de viajes más allá de Apolo 20, no sólo podemos decir que fue altamente exitoso, sino que sin duda uno de los mayores desafíos tecnológicos jamás logrados.
Para esto, Estados Unidos tuvo que desembolsar por casi una década aproximadamente un tercio del producto bruto del país, dedicar a más de 400.000 ingenieros y utilizar casi el 70% de todos los circuitos integrados que se producían, básicamente un cheque en blanco a la NASA con el fin de lograr el objetivo. Aun así, ese reto no estuvo exento de riesgos y problemas: 3 astronautas mueren en el ensayo de la misión Apolo 1, la misión Apolo 11 aluniza con tan solo un 3% de combustible remanente, Apolo 13 sufre una explosión y debe retornar a la Tierra, entre otros. Es increíble pensar que en algunas secciones del módulo lunar la separación entre los astronautas y el vacío total del espacio profundo, eran tan sólo unas láminas de papel metálico de no más de 3mm. de grosor, sin duda ningún prevencionista de riesgos o aseguradora de hoy quisiera verse envuelta en un proyecto como ese.
Cientos de nuevos materiales, tecnologías de comunicación satelital, la computación digital, miniaturización de componentes y un sin número de nuevos equipos, instrumentos y una enorme cantidad de información recolectada, son sólo algunos de los resultados de los cuales hasta el día de hoy nos podemos beneficiar, de lo que ha sido sin duda uno de los mayores logros de la especie humana.
Mg. Mauricio Henríquez Schott, Escuela de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt.