Investigaciones realizadas en las cercanías del glaciar Santa Inés, en el Seno Ballena (Región de Magallanes y Antártica Chilena), indican que la fotosíntesis marina jugaría un rol clave en los ecosistemas subpolares.
Andrea Navarro, Centro IDEAL. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) indica que, a nivel mundial, alrededor de un 25% del CO2 contaminante está siendo absorbido por los océanos. Es en ese contexto que un estudio realizado por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) determinó que, en ambientes fríos, la fotosíntesis marina podría ayudar a mitigar el exceso de CO2 en la atmósfera.
La investigación, liderada por el Dr. José Luis Iriarte, académico del Instituto de Acuicultura de la Sede Puerto Montt UACh, se enfocó en responder cuál es el rol que están jugando los fiordos con glaciar de la Patagonia sur austral en un contexto de cambio global. Paralelamente, se centró en analizar datos biogeoquímicos del Estrecho de Magallanes, particularmente del Seno Ballena. Allí se instalaron, por primera vez, sensores de alta tecnología, que permitirán medir las características químicas, físicas y biológicas del agua en profundidad de manera autónoma y bajo condiciones extremas de ambiente.
Los resultados indican que organismos microscópicos que realizan fotosíntesis son claves en la absorción de CO2 en la Patagonia, durante condiciones de primavera y verano austral. Es decir, los sistemas subpolares o polares se estarían haciendo cargo de una cantidad significativa de las emisiones que emiten los seres humanos.
“Sabemos que existe exceso de CO2 en la atmósfera y que la fotosíntesis marina o productividad primaria es el proceso biológico más importante de absorción de emisiones en la superficie de los océanos. Una posibilidad es que a medida que el agua de mar se vaya calentando, el intercambio aire-océano sea menor”, explica el Dr. Iriarte.
El levantamiento de información realizada por el científico y su equipo puede ser clave para en la protección de áreas marinas de alta productividad biológica que permitan que estos diminutos organismos (diatomeas) continúen con esta importante función del océano como un servicio ecosistémico natural.
Microalgas juegan un rol crucial en cambio climático
El aumento de la temperatura de la atmósfera, producido en gran medida por el calentamiento global, está llevando al derretimiento de hielo en glaciares de la Patagonia. “En glaciares que finalizan en fiordos habitan microalgas de hielo que, bajo condiciones de derretimiento continuo, pueden llegar a dominar este sistema”, explica el investigador.
Una vez que hacen ingreso al ambiente marino, las microalgas de hielo glacial crecen y, por lo tanto, actúan como sensores de cambio de temperatura. Al respecto, recientemente, el Dr. Iriarte en visita al Instituto Polar de Corea del Sur (KOPRI), estudió las microalgas de la Antártica a través del período 1998 – 2016.
Gracias a lo anterior, se comprobó que cuando existen anomalías en la temperatura superficial de ambientes costeros de la Antártica, se observa un crecimiento mayor de las microalgas típicas de hielo glaciar en el ambiente marino. Este mayor crecimiento puede ser debido a la compleja interacción de cambios en la dirección de vientos, temperatura del mar, y disponibilidad de nutrientes.
Crédito foto: Diego Bravo