Una experiencia innovadora y pionera en tierras frutillarinas fue la que se vivió durante estas vacaciones de invierno en el Instituto Alemán de Frutillar, establecimiento que desarrolló su primer taller de Robótica, iniciativa gratuita y orientada no solo a alumnos del Colegio, sino además abierta a niños y jóvenes de otras escuelas.
Leonardo Cabezas, profesor de Física del Instituto Alemán y educador a cargo del taller, explicó que se introdujo en la Robótica mientras trabajaba en Santiago, y que al llegar a la comuna se dio cuenta que no existía un espacio de aprendizaje como éste: “Esta idea nace un poco de intereses personales, de lo que había vivido en otros colegios en Santiago, y cuando llego acá me doy cuenta que no existe, lo vi como una oportunidad, y decidí iniciar este taller con los chicos que se proyecte en el tiempo. Hoy día está en boga el STEM, que en siglas significa Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Esas cuatro áreas, además del Arte, se pueden potenciar con el Lego M3, esa es la propuesta que tiene Lego, y es la propuesta que yo quiero traer acá al Colegio”, explicó en relación a las herramientas que esta conocida plataforma ofrece para utilizar la Robótica como elemento educativo.
El taller se transformó en una entretenida alternativa para las vacaciones de invierno, que entusiasmó a estudiantes de distintas edades. Uno de ellos, Martin Lischka, indicó que esperaba que el taller se incorporara de manera permanente a las actividades del Colegio: “Fue muy bueno y desearía que haya otro más, como parte de los talleres normales del Colegio. Aprendí como armar, cómo son los sistemas, cómo se tiene que instalar la aplicación para mover el vehículo. Fue divertido, algo para no aburrirse tanto en las vacaciones”, destacó.
A esta iniciativa se sumaron además alumnos de otros colegios de la ciudad, e incluso niños provenientes de otras regiones, de paso en Frutillar junto a sus familias por las vacaciones de invierno. Uno de ellos, Lucas Orellana, llegó junto a su hermana desde la localidad magallánica de Porvenir, en la austral Tierra del Fuego. Tras participar del taller, comentó: “Vengo de Porvenir, y el taller me pareció divertido. Armamos y de ahí manejamos los robots. Algunos costaban y otros eran fáciles, y también fue entretenido”, aseguró este estudiante de Tercero Básico, quien junto al resto del equipo de estudiantes encontró en este taller del Instituto Alemán frutillarino un espacio para la amistad y el conocimiento.