Patricio Leandro Ruiz
Jefe de carrera Derecho
Universidad Santo Tomás, Puerto Montt
El Gobierno hace una semana se abrió a la idea de crear una Nueva Constitución (NC). Hecha la propuesta queda fijar el mecanismo para generarla. El gobierno propone y se votó el lunes por la Comisión de Constitución, que esta nazca de un “Congreso Constituyente”, sería el actual Congreso quien designaría entre sus integrantes, quienes van a elaborar la Constitución. Objeciones a este método es que el Congreso Nacional no habrían sido electos para redactar una nueva Constitución, sino que, para redactar leyes, y falta de representatividad.
La opinión pública es partidaria de la denominada “Asamblea Constituyente” esto es un grupo de personas elegidas específicamente para diseñar la nueva Constitución, excluyendo a los miembros del Congreso. En ambos casos el texto debe ser ratificado vía plebiscito.
También aparece una posición Mixta, proponiendo una Convención Constituyente, instancia en que un grupo de legisladores y de personas electas específicamente para este fin integran un proceso que está a cargo de diseñar una nueva Constitución.
Una propuesta muy interesante es la del abogado y director del Centro de Estudios de la Realidad Contemporanea, Carlos Huneeus, quien propone que la Nueva Constitución debe ser redactada por un “nuevo Congreso”, elegido el 2020 con “voto obligatorio”. Para ello propone una reforma constitucional con la autodisolución del Parlamento y convocatoria a elecciones anticipadas de ambas cámaras, con mandato constituyente. Estas elecciones serían simultáneas con las municipales y de gobernadores.
A través del voto, los ciudadanos evaluarán el desempeño de sus representantes y apoyarán a quienes consideran aptos para apoyar los cambios institucionales y políticos que se requieren.
Es oportuno que el Congreso haga su tarea en un momento de crisis del sistema político; así el proceso constituyente contribuirá a que la ciudadanía recupere la confianza en los parlamentarios y los partidos.