Dr. Ulises Alarcón G.
Académico escuela Ingeniería Civil Industrial.
Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt.
Chile es el segundo productor de salmón después de Noruega en el mundo. El año pasado se exportaron US$4.728 millones y esto corresponde al 6,3% del valor total de exportaciones chilenas. El precio venía a la baja desde el 8 de octubre tocando un mínimo de US$4,10 por kg. el 17 de octubre, un día antes del estallido social. Al 31 de octubre, ya estaba a US$5,00. Se comenta que la producción está a un 50% de su capacidad y existen sobre los 890.000 ejemplares que están empezando a morir con la consiguiente problemática de tipo sanitario.
Si revisamos el comportamiento económico de este importante producto, sabemos que tiene una curva de demanda con un cierto grado de elasticidad-precio (esto significa que, ante un pequeño cambio de precio, hay una importante variación en la cantidad demandada) y nos encontramos que, al sufrir un alza en el precio, la demanda tiende a caer, así como su consumo. La existencia de productos alternos como otros tipos de carnes, algas, mariscos y también productos sustitutos como los otros pescados deja en evidencia que no es un producto de primera necesidad; por consiguiente, este aumento demasiado grande de precio no ayuda mucho a la industria, sin desconocer que el valor del tipo de cambio que tenemos actualmente les favorece directamente y, sin soslayar la real problemática de los trabajadores de la industria que deberán dejar sus puestos de trabajo hasta que la situación coyuntural se pueda normalizar (si es que existe el derecho de llamarla coyuntural). El no poder producir definitivamente frena al clúster en su conjunto y debemos de recordar que los más dañados son siempre los más pobres. No vaya a ser cosa que después del virus ISA y la problemática del clima en febrero del 2016, este sea otro gran golpe a la industria regional, causado, en este caso, por nosotros mismos.
Sin dudas la industria debe seguir trabajando en su conjunto para fortalecer la posición competitiva del producto en el exterior, trabajando un marketing internacional de calidad, entre otras cosas, para disminuir la elasticidad – precio a la demanda y ayudar a que estas alzas de precios no perjudiquen el andar de una industria que ayuda económicamente a las regiones del sur de Chile.
Es papel de todos cuidar la industria regional y velar por buenas prácticas de parte de ellas, acercándonos a trabajar en línea con las licencias sociales para operar.