La música, danza y el montaje escénico fueron protagonistas de esta jornada cultural en Castro durante el 27 y 29 de diciembre.
La segunda versión de la Escuela de Cultura Tradicional de Chiloé es un espacio que poco a poco se consolida como una instancia de análisis sobre la proyección de la música y danza del archipiélago, que busca la revisión histórica y reflexiva de estas disciplinas hacia nuevos caminos en la formación, revitalización y creación. La iniciativa estuvo dirigida a profesores, investigadores, gestores culturales, creadores, folcloristas y a quienes estén abordando o deseen proyectar la cultura tradicional de Chiloé en sus actividades laborales, educativas y/o emprendimientos culturales y turísticos.
Osvaldo Cádiz, director de la Escuela de Cultura Tradicional, Margot Loyola, fue unos de los docentes invitados, quien señaló que “Lo fundamental de esto es ir descubriendo las culturas, darse cuenta a dónde pertenecemos, cuál es mi raíz para poder entender quien soy en estos momentos, y tal pensar en cómo poder proyectar esto para nuestras futuras generaciones. Porque toda cultura tradicional y toda cultura es cambiante, es dinámica. Entonces es importante ir dejando testimonio, y que tengamos la posibilidad de observar, entender la simpleza de la verdad”.
La Escuela de Cultura Tradicional Chiloé reunió a un cuerpo docente transversal y multidisciplinario compuesto por coreógrafos nacionales, actrices, músicos, escritores e investigadores, con amplio dossier de experiencias profesionales, vivencias, oficios y publicaciones destinadas a favorecer el aprendizaje cultural y escénico del módulo principal.
Nicola Sepúlveda, titiritera y participante de la escuela, mencionó que “la experiencia de recuperar lo nuestro, nosotros que somos jóvenes y que nacimos acá, nos vamos con una búsqueda, con una responsabilidad, como que esa palabra toma mas peso acá en la escuela, porque lo que yo trabajo es la identidad de nuestro territorio, entonces de acá me voy con miles de ideas, de que las niñas y los niños puedan danzar el chocolate, puedan danzar el rin, que los títeres bailen, de poder enseñar los diferentes ritmos, música, ritos. Entonces es super nutritivo haber venido y sobre todo por la entrega de las profesoras y profesores”.
Esta segunda versión contó con una matrícula de 46 participantes de diferentes lugares de Chiloé y el país y estuvo enfocada en desarrollar contextos socioculturales, ceremonias, ritos, cultos antiguos, intangibles. Del mismo modo, se vio Afinaciones y Sonido Campesino; Música y Danza Insular con versiones de Rin y Chocolate compilados hace más de medio siglo y por último el Montaje Escénico desde el Contexto Local: Movimiento, Composición y Uso de Espacio, aprendizajes que se replicaron en una muestra escénica que cerró las jornadas.
Este tipo de iniciativas forman parte de las gestiones estratégicas de la actual administración municipal contenidas en #CastromásDesarrollo, eje fundamental que busca impulsar el acceso y vínculo de la comunidad con el patrimonio y el arte, a través de la materialización de instancias culturales públicas, descentralizadas y de calidad para la comuna castreña.