Joel Solorza, Director Escuela de Gastronomía Universidad de Las Américas
La gastronomía tiene un valor patrimonial incalculable ya que en esta actividad se encuentran los fundamentos de lo humano, realzados en su máxima expresión. En esta industria, como en pocas otras, se crea una cadena virtuosa que tiene la magia de abarcar y unir al pescador artesanal, junto con la pequeña cooperativa de agricultores o a un productor de alimentos.
Además, tiene una característica muy especial, ya que no es una industria monoproductora, al contrario, ya que vincula a una enorme cantidad de seres humanos con sus respectivos emprendimientos de manera fraternal y solidaria.
Lamentablemente hoy esta industria humanitaria, capaz de generar 400.000 empleos directos y otros 700.000 indirectos, está en grave peligro, y necesita de manera urgente menos “palabras de buena crianza” y concretar medidas de apoyo reales.
Tomando el ejemplo de otros países, resulta imperante realizar una revisión al Crédito Covid, ya que no está llegando a todos, sumado a que son montos insuficientes y los bancos continúan pidiendo avales fuera de la norma que rige. También se debe hacer una revisión de los meses de gracia para el pago de créditos, ya que (y resulta más que lógico) este debería comenzar al momento de apertura del restaurante.
Asimismo, sería positivo implementar el Crédito IVA como fomento para inversión en equipamiento e infraestructura. A considerar el ejemplo de Alemania, ya que la rebaja (crédito) del IVA, sólo en Baviera, permitirá generar una inversión por 400 millones de euros, siendo una activación directa de la economía.
Estos son ejemplos reales de ayuda a una industria que se ha forjado a través del sueño y esfuerzo de quienes han apostado todo por emprender desde el talento. Es hora de actuar y bastaría solo con darse la oportunidad de mirar lo que están haciendo nuestros vecinos para salir adelante y así comprender lo que realmente necesitamos.