Acupuntura, Homeopatía y Naturopatía, son las tres prácticas reconocidas y reguladas como prácticas auxiliares de la salud (o medicina complementaria/alternativa) e incorporadas al sistema público por parte del Ministerio de Salud, sin embargo, existe una serie de terapias que, en época de pandemia, pueden ser de gran utilidad para prevenir enfermedades y resguardar el bienestar.
Andrés Varela, médico referente de medicinas complementarias y alternativas del Servicio de Salud Del Reloncaví, explica que este tipo de medicina corresponde a prácticas distintas a la medicina tradicional occidental y que, complementándolas crean el concepto de medicina integrativa.
“Complementar un tratamiento biomédico con una medicina china como la acupuntura que trabaja con los canales energéticos del cuerpo se está realizando en muchos establecimientos del país”, asegura el profesional agregando, “por eso es mejor usar el concepto de medicina integrativa, es decir, la mezcla de la racionalidad científica de la medicina con las teorías o cosmovisiones alternativas”.
Además de las tres prácticas reguladas por el Ministerio de Salud, el médico Andrés Varela, destaca otras como el Reiki, Yoga, Chi Kung, musicoterapia, biodanza, huertos medicinales,
arteterapia, dramaterapia, terapia floral, biomagnetismo en el sentido de que “las prácticas de sanación son individuales y dan la posibilidad de probar y quedarse con la o las que más hagan sentido, para eso hay que incorporar otra mirada de la vida, salir del enfoque habitual en salud”, asegura Varela.
En el Servicio de Salud Del Reloncaví, en CESFAM y Hospitales de Llanquihue y Palena, se realizan algunas de estas prácticas complementarias, desarrolladas principalmente por los equipos de profesionales de salud mental y la iniciativa de la misma comunidad.
“El año pasado según el REM, Resumen Estadístico Mensual del Servicio de Salud Del Reloncaví, hubo casi 800 atenciones entre individuales y grupales. Un ejemplo de ello es el proyecto de Jardín Terapéutico del Hospital de Maullín, los usuarios participan, se ayudan y complementan sus tratamientos tradicionales”, destaca.
Más allá de la falta de enfermedad, Andrés Varela asegura que la medicina complementaria se preocupa de cuidar nuestro bienestar, nuestra calidad de vida, nuestras relaciones con los otros, todas las dimensiones de la vida. “La Organización Mundial de la Salud plantea que esta medicina contribuye a la prevención, tratamiento y recuperación de la salud, abordando el desarrollo integral de la persona donde los aspectos mental, espiritual y emocional, están interrelacionados”.
A raíz de esto último y en el contexto de pandemia incorporar prácticas complementarias puede ser de gran ayuda para cuidar la salud física y mental. “Debido a que estas medicinas rescatan los saberes populares, de las culturas, de cuidarnos con los remedios de la abuelita, es bueno usar lo que sabemos que nos hace bien, agüita de limón, jengibre y miel, ajo, eucaliptus, pero por sobre todo compartir nuestros sentimientos y emociones, mejorar las relaciones con los demás”.