-Hasta cuando surja una vacuna que detenga el avance de Covid-19, tendremos que seguir usándolas.
-Su uso más el de protectores oculares, lavado de manos y distancia social, serían fundamentales para no contraer la enfermedad.
Con la llegada de la pandemia de Covid-19, las mascarillas se convirtieron en un accesorio de protección de uso diario y lo más probable es que debamos seguir usándolas por bastante tiempo más. Al menos, hasta que surja una vacuna que detenga el avance de la enfermedad.
La comunidad científica afirma que nada volverá a ser igual durante mucho tiempo, ya que la sociedad tuvo que cambiar hábitos y costumbres en función a la llegada de la pandemia por Covid-19, y por ello el uso tapabocas se volvió algo cotidiano, pero importantísimo para prevenir el contagio.
Lo que hacen las mascarillas es evitar que una persona contagiada exponga al resto o por el contrario se contagie, ya que funciona como bloqueador de las gotas de saliva que pueden infectar a una persona sana. Esto combinado con otras medidas preventivas como lavarse las manos con frecuencia, uso de protectores oculares y el distanciamiento social, ayudan a hacer más lenta la propagación de la enfermedad.
Las mascarillas higiénicas y quirúrgicas son de un solo uso, y su vida útil no se extiende más allá de cuatro horas. Y de hecho, no se recomienda lavarlas, ya que pierden su capacidad de filtrado. En el caso de las mascarillas higiénicas reutilizables, deben lavarse con jabón y agua tibia o detergente y agua a una temperatura de entre 60º y 90º en un ciclo normal de lavadora.
Existen diversos tipos de mascarillas, donde se incluyen las hechas con tela, pero según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la N95 ofrece más protección que una mascarilla quirúrgica porque pueden filtrar tanto las partículas grandes como las pequeñas.
Este dispositivo, tal como su nombre lo indica, está diseñada para bloquear el 95 % de partículas muy pequeñas. Hoy los investigadores están haciendo pruebas para encontrar maneras de desinfectar estas mascarillas y así se puedan volver a usar.
Dentro de la diversidad de tapabocas, destacan también las mascarillas de tres pliegues que cubren boca y nariz y cuentan con una barrera física que protege contra polvo, suciedad y salpicaduras. En caso de enfermedad, este sistema de protección permite que, microorganismos como virus, queden en el filtro de la mascarilla y no en el ambiente.
Otra opción son las mascarillas de emergencia, son un producto que se arma fácilmente con dos elásticos que la sujetan, son de paño plisado en forma de acordeón y se autoajusta a la cara tapando completamente la nariz y boca.
Además son de textura suave, desechables, no irritan la piel del rostro y el material con que se hicieron, fue sometido a estudios sobre propiedades antibacterianas por Lictex, laboratorio de la Universidad de Santiago, concluyendo su resistencia a las bacterias Escherichia coli y Staphylococcus epidermidis.
Se trata de una tela que es un “no tejido” que se caracteriza por tener características filtrantes, que por ejemplo, en caso de que la persona estornude evita el traspaso de las partículas que se expulsan hacia al exterior.
Tanto las mascarillas de tres pliegues y de emergencia se encuentran disponibles en www.fullmundo.cl