En Educación y en todo en la vida, existe la planificación. Ésta tiene por objetivo ordenar para que no exista el caos. Algunas de sus etapas son identificar el problema, conocer el contexto, definir objetivos y acciones. Cuando el Gobierno nos insta al “paso a paso” muy lentamente, es porque tiene claro lo que ocurrirá en las distintas realidades de nuestros territorios, colegios, profesores y sostenedores, aunque un antiguo Ministro de Salud desconocía el nivel de hacinamiento de muchos compatriotas. Entiendo que ir “paso a paso” obedece a una estrategia de volver a la “normalidad”, estrategia que en el hemisferio norte, con buenas condiciones climáticas, disminución de contagios y muertes también realizaron, pero al poco tiempo los rebrotes obligaron a detenerse. Está claro que las economías “frágiles” como la nuestra, no resisten tantos meses de inactividad, pero yo estoy hablando de Educación y los establecimientos educacionales han seguido funcionando y no afectan a gran escala los indicadores macroeconómicos.
En todas las noticias del Ministro de Educación y del Presidente sobre el “retorno” a clases, en ninguna escucho ni menos veo planificación. Esto quedó de manifiesto cuando se adelantaron las vacaciones. ¿En qué consiste, entonces, planificar? Lo primero es entender que lo que está pasando es que no todos tienen internet; muchos no tienen computadores y que las TICS son para unos pocos; que los profesores se pueden reinventar y que el colegio pudo cambiar y seguimos aprendiendo, pero como siempre, a unos les enseñarán secretos que a otros no.
Si NO nos damos cuenta de lo polarizada que esta la Educación (con oportunidades y sin
oportunidades) y del problema que esto provoca en materia social, ocurre lo del viernes 18 de octubre. Entonces ¿qué hacer? Después de planificar, muchas cosas. La calidad de la educación no cambiará si seguimos haciendo lo mismo. Se necesita más conectividad, acceso a computadores, cambiar el financiamiento de la Educación, un nuevo currículum sin pensar en las asignaturas sino en trabajo colaborativo, aprendizaje basado en proyectos: las tardes para deporte, artes y juegos, evaluaciones de procesos, evaluaciones docentes al interior de las comunidades, directores líderes pedagógicos y no “administrativos” del MINEDUC, entre otro puntos. Por eso da tristeza escuchar nueva mente al ministro solo con el foco de volver a clases, en comprar miles de mascarillas y arriesgarnos que en 30 días nuevamente las comunidades escolares pasen por el trauma de cerrar un colegio por contagios. Ministro escuche a los sostenedores, apoderados, alumnos, profesores. Todos queremos regresar pero no este año.
Las crisis son oportunidades, pero para cambiar. Para mejorar ocupemos este tiempo, para
planificar la educación que queremos. Por primera vez tenemos tiempo para conversar con los alumnos, apoderados, profesores, con toda la comunidad educativa. Paremos para pensar, paremos para planificar. El “paso a paso” no siempre es bueno, sobre todo si te llevan al mismo lugar de donde muchos están escapando.
Pablo Baeza Soto, Doc. En Historia,
Ex seremi de Educación 2014-2018