– Es uno de los pescados más consumidos, debido a su multiplicidad de preparaciones: crudo, cocido, a la plancha, horneado, a la parrilla, marinado o ahumado, entre muchas otras.
– Es una proteína sustentable con grandes beneficios para la salud, dado que es rica en Omega-3 y Omega-6, y además contiene altos niveles de vitaminas liposolubles, como la A y D, necesarias para el sistema autoinmune del cuerpo humano.
El salmón es un pescado azul que aporta alrededor de 12 gramos de grasa rica en Omega-3 y Omega-6 por cada 100 gramos de carne. Esto, contribuye a disminuir los niveles de colesterol y a aumentar la fluidez de la sangre, previniendo la formación de coágulos o trombos.
En cuanto a vitaminas, destacan la B2, B3, B6, B9 y B12, las cuales permiten aprovechar los nutrientes energéticos, es decir hidratos de carbono, grasas y proteínas, e intervienen en procesos de gran importancia, como la formación de glóbulos rojos, síntesis de material genético, funcionamiento del sistema nervioso y del sistema de defensas, entre otros.
Asimismo, gracias a su aporte graso, el salmón contiene cantidades interesantes de algunas vitaminas liposolubles, como la A y la D, favoreciendo la resistencia frente a infecciones y la fijación de calcio en los huesos, entre otros beneficios.
“El salmón es una proteína animal que cuenta con muchos beneficios para la salud de las personas. Es una muy buena fuente de proteínas de alto valor biológico, las que contienen todos los aminoácidos esenciales para el buen funcionamiento del organismo”, destacó el gerente general del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), Esteban Ramírez.
Diversas investigaciones revelan que el consumo habitual de salmón tiene importantes beneficios para la salud. Estos, están dados fundamentalmente por dos ácidos: el eicosapentaenoico (C20:5, EPA), que está asociado a la protección cardiovascular, y el docosahexaenoico (C22:6, DHA), que es esencial en la formación y función del tejido nervioso y visual.
“El Objetivo de Desarrollo Sostenible Número 2 de la ONU va en relación con resguardar la seguridad alimentaria para acabar con el hambre en el mundo. En un planeta formado por un 70% de agua, la acuicultura responsable es una respuesta a esa necesidad. Y la salmonicultura es un aporte saludable y que evoluciona hacia la sustentabilidad, para lograr capturar ambos beneficios al mismo tiempo”, puntualizó el Intesal.