Las heridas son unas de las lesiones de mayor ocurrencia en la vida. Sin embargo, no todos saben cómo actuar frente a ellas, cuáles son los primeros auxilios que se pueden aplicar en casa, qué productos usar y cuándo estas requieren atención en un servicio de urgencia, aspectos que son indispensables para abordarlas y frenar posibles infecciones o complicaciones.
Natalia Fontecha, académica de la carrera de Enfermería de Universidad de Las Américas, Sede Viña del Mar, comenta que existen distintos tipos de heridas, siendo las más frecuentes las contusas (lesión no penetrante por acción de objeto duro o contundente), cortantes (producidas por objetos filosos), lacerantes (producidas por objetos de bordes dentados, con abertura en la piel), punzantes (producidas por objetos puntiagudos), penetrantes (profundas, causada con un objeto de punta) y erosivas (fricción de la piel con superficies duras).
Dentro de las zonas del cuerpo más propensas a sufrir heridas, sobre todo en niños y personas mayores, están la frente, el mentón, cuero cabelludo, manos, rodillas, brazos, piernas y tobillos, lesiones que principalmente son causadas por caídas, golpes con objetos, cortes y abrasiones.
La académica menciona que las heridas más sencillas de abordar son las erosivas, debido a que solo se ve afectada por la fricción la capa más superficial de la piel (epidermis), mientras que las más complejas son las penetrantes y cortantes debido a que pueden comprometer órganos y otras estructuras que en algunos casos pueden ser graves.
“En casa se puede tratar heridas erosivas, cortantes y algunas contusas de poca extensión y sangrado, que no sean de gravedad para la persona afectada. En cambio, las heridas penetrantes, lacerantes, punzantes, en muchos casos presentan un mayor compromiso sobre todo por el nivel de sangrado y daño a órganos circundantes, por lo que deben ser tratadas en un servicio de urgencia”, explica la profesional.
Para curar heridas en casa sugiere lavarse muy bien las manos previamente y utilizar soluciones estériles (suero fisiológico al 0,9% o agua cocida fría) y realizar un aseo prolijo con gasas. Ante un corte, realizar lavado con abundante agua y cubrir con gasas. Si la herida sangra mucho, comprimir sobre las gasas o vendaje por al menos cuatro minutos y trasladarse a un servicio de urgencia (nunca realizar torniquete).
Se recomienda usar gasas o apósitos sobre la herida en los primeros días para evitar que bacterias colonicen o puedan generar una infección. Esta debe curarse al menos una vez al día, dependiendo del estado de los apósitos (si se ensucia o se humedece se debe repetir la curación) y la evolución de la herida, cuya cicatrización puede variar entre 5 a 10 días.
La enfermera dice que no se debe utilizar alcohol, agua oxigenada y povidona al curar heridas y tampoco aplicar productos que no hayan sido recetados por algún profesional especialista, por ejemplo, cremas, ungüentos, miel u otros productos que erróneamente se cree que ayudan a sanar de manera más rápida.
“Siempre es importante observar que la herida no elimine alguna secreción de mal olor o de color amarilla, además de revisar la coloración de la herida o que la persona afectada presente fiebre o dolor intenso, signos que alertan que debe dirigirse a un centro asistencial para una atención más especializada”, dice Natalia Fontecha.
Botiquín básico de primeros auxilios para curar heridas en casa:
- Gasa estéril y vendas adhesivas de distintos tamaños
- Cinta adhesiva
- Venda elástica
- Kit de curación básico (venta en farmacias)
- Suero fisiológico
- Solución antiséptica (Clorhexidina solución tópica)
- Bolsas de frío instantáneo desechables
- Guantes de procedimiento
- Linterna con pilas de repuesto
- Teléfonos de emergencias