Daniela Palma Coronado
Directora de Terapia Ocupacional
Universidad San Sebastián – Sede De la Patagonia
La formación universitaria de los profesionales de salud se caracteriza por transitar en asignaturas de las ciencias básicas, ética, investigación, asignaturas profesionalizantes, y competencias asociadas a las destrezas clínicas, comunitarias, entre otras, en las cuales se desempeñarán a futuro. Sin embargo, la situación de salud actual evidencio y puso en la palestra otras competencias profesionales y personales necesarias para enfrentar tiempos de pandemia.
A pesar de la alianza y compromiso en la formación de profesionales por parte de las distintas universidades que imparten carreras de salud, las demandas, necesidades y contingencias durante el tiempo de pandemia superaron todas las barreras pensadas. Mostrándonos a gritos una cara invisible de la sociedad, pero que siempre ha existido relacionada con la precariedad laboral, profesionales de salud sobrecargados, aumento de pobreza, segregación, desigualdad, dificultades en el acceso a la salud y educación, entre otras. La terapia ocupacional y la formación de futuros colegas invita a incorporar estas y otras situaciones observadas en el transcurso de la pandemia como parte del proceso académico y, de este modo, formar profesionales situados en los contextos actuales y demandas futuras.
El desafío entonces se encuentra en formar a terapeutas reflexivos, críticos y proactivos frente a la realidad actual, a través de estas reflexiones y acciones críticas generar un aporte para transformar realidades, para crear y creer que se pueden construir nuevas alternativas a las problemáticas que la pandemia vino a visibilizar en nuestro país.
Para favorecer un espíritu crítico, reflexivo y emprendedor de nuestros estudiantes, es importante estimular el desarrollo de competencias útiles como la empatía, flexibilidad, tolerancia a la frustración, apoyo social, manejo de crisis, creatividad, sentido de comunidad y abordaje de la colectividad, entre otras. En el ámbito practico-clínico este ejercicio invita a un proceso de intervención centrado en la persona, humanizado, considerando sus derechos, reconociendo su historia de vida y contexto, promoviendo el valor de la diversidad sociocultural, la independencia y autodeterminación de cada uno.
Desde esta mirada la formación de Terapeutas Ocupacionales con un sello humanista, respetuoso del ser humano, de su individualidad, de las comunidades y/o colectivos a las cuales pertenece, aportaría diversas e innovadoras estrategias en los sistemas de salud promoviendo la recuperación, rehabilitación y promoción con un carácter inclusivo para todos y todas las personas.