En las costas de la Región de Valparaíso se realiza la última semana de instrucción y entrenamiento del Curso de Buzo Táctico, el que es dictado por la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales del Ejército.
En esta última etapa del curso, los alumnos efectuaron ejercicios diurnos y nocturnos de buceo de combate, con circuito cerrado y asistida, la que estuvo destinada a los alumnos del Arma de Ingenieros y que requirió la conformación de una plataforma de buceo con apoyo de personal de la Armada.
Para llegar a esta instancia, los oficiales y suboficiales superaron las fases de piscina y de ríos y lagos, adquiriendo las habilidades y conocimientos que les permitirán desempeñarse táctica y técnicamente como comandante, segundo comandante, jefe de equipo, operador buzo táctico y especialista en operaciones de una Patrulla Anfibia de Operaciones Especiales o Escalón Anfibio.
El curso de Buzo Táctico del Ejército se caracteriza por su alta exigencia física y mental, en que sus postulantes deben demostrar la fortaleza y templanza para superar obstáculos en un medio hostil, como el mar, para superar la misión encomendada. Está misma dureza es la que ha llevado a qué solo el 30% de los alumnos que iniciaron el proceso llegara hasta esta fase final.
La instancia formativa se abrió ante la necesidad institucional de personal especializado, cuya función ha sido especialmente requerida en casos de catástrofes.
«En caso de catástrofe está la Patrulla de Auxilio y Rescate Militar. Este fue el motivo que encontré para realizar el curso, postular y capacitarme, porque el Ejército siempre está apoyando a la comunidad y necesita gente preparada y que esté ahí, entregando todo por su gente; la finalidad del Ejército es esa ayudar y yo me estoy capacitado para hacerlo», dijo el Cabo Primero Merkuisidec Cartes A., de la Escuela de Ingenieros, luego de completar exitosamente el ejercicio de buzo asistido.
«En este este periodo del curso de Buzo táctico técnico se deben realizar trabajos que son propios del arma de Ingenieros ya sea como el corte subacuático para reflotar y encontrar piezas de puente, y habilitar plataformas para que pueda desembarcar personal y darle continuidad al combate buscando efecto como movilidad, contra movilidad y protección», detallo el Teniente Joaquín Häfelin, jefe del período táctico-técnico de ingenieros del Curso de Buzo.
En el caso de las operaciones especiales, el Teniente Fernando Castillo F., jefe del módulo táctico de operaciones especiales, apunta a la fortaleza sicológica necesaria para enfrentar el curso. «La principal dificultad es el autocontrol. Los alumnos se ven sometidos a distintos estresores, uno de ellos la baja temperatura del mar y el mismo medio que por sí solo se caracteriza por ser hostil, pero los alumnos tienen un período previo en que se desempeñan en aguas confinadas de piscina, siendo sometidos a distintas pruebas de confianza, habilidades técnicas y de autocontrol que les permite desenvolverse de buena forma y sin exponer su seguridad y la de sus colegas en el medio que se desempeñan».
Por su parte, el Cabo Segundo Abraham Mesina, alumno del Curso, señala que su principal motivación para postular a esta especialidad fue su dificultad y el apoyo a la comunidad. «Es una especialidad que a mí me llena como persona, es difícil y a las nuevas generaciones le digo que se atreven a postular que sigan sus sueños y que se frente a lo más difícil qué no exista un límite en sus mentes».
La semana de entrenamiento finaliza con saltos desde plataforma de ala rotatoria al agua, con y sin equipo, el cual se enmarca en las operaciones apoyo a la comunidad, como un medio de inserción para recuperar personas u objetos extraviados en catástrofes o emergencias, en lugares agrestes de difícil acceso.