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La asfixia por inmersión es la tercera causa de muerte en el mundo y el 10% de las personas que sobreviven a este accidente terminan con secuelas neurológicas importantes. Por lo tanto, para enfrentarse a esta situación, el Director de la Escuela de Kinesiología del Campus Maipú de UDLA, Dennis González, señala que es fundamental la prevención, sobre todo con los más pequeños de la casa.
“En los menores de edad debemos prevenir este tipo de eventos traumáticos. Nunca se debe dejarlos solos en lugares donde haya agua contenida, en especial a niños entre 1 a 5 años, tal como piscinas enterradas, temporales armables o inflables, tambores con agua, lavadoras verticales, tinas, etc. Bastan 10 centímetros de profundidad en el agua para generar una asfixia especialmente en niños pequeños”.
En materia de prevención añade que en el caso de piscinas instaladas, deben contar con barreras especiales como rejas sin barras horizontales y con pestillos controlables solo por adultos. Se debe evitar dejar elementos cercanos a estas rejas, como sillas o similares para que los niños no puedan trepar. Y si se colocan lonas para tapar las piscinas, estas deben ser certificadas.
Atención importante se debe tener con los adolescentes que estén cerca o usando piscinas, ya que muchas veces adoptan actitudes de riesgo, generando accidentes secundarios. Por lo tanto, siempre debe haber un adulto responsable con ellos. Y recordar que el consumo de alcohol y drogas debe estar estrictamente prohibido en zonas donde haya piscinas o similares.
Dennis González, agrega que “si lamentablemente ya ocurrió un accidente, debemos priorizar nuestra seguridad y la de la víctima. Si el lugar es de difícil acceso o muy profundo, hay elementos que generen peligro (animales sueltos que nos puedan agredir por ejemplo), no debemos tomar acciones mientras estas situaciones no se hayan resuelto. El concepto de seguridad en la escena indica que no debemos convertirnos en víctimas al tratar de socorrer a cualquier lesionado”.
El kinesiólogo recomienda acciones puntuales para enfrentar este tipo de accidentes y prestar la ayuda necesaria. “Cuando hayan sacado a la víctima del agua, se debe colocar de espaldas en una superficie dura. Determinaremos si responde o no remeciéndola desde los hombros y si es menor de un año golpeando la planta de sus pies y hablándole en voz alta. Si no responde gritaremos pidiendo auxilio. Si llega alguien le pediremos que llame al sistema de emergencias y consiga un desfibrilador semiautomático (DEA)”.
Según el académico, las acciones que se realicen antes de la llegada de personal especializado son fundamentales para salvar una vida. “Luego de esto comenzaremos con 5 ventilaciones de rescate, para continuar con ciclos de 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones. Estos ciclos se van a mantener hasta que llegue la ambulancia, el DEA o hasta que la víctima reaccione”.
La RCP de alta calidad requiere ser aprendida y entrenada. Se recomienda realizar cursos certificados ojalá todos los años, los que deben ser impartidos de manera práctica, por instructores certificados y con equipos de entrenamiento como torsos y muñecos de RCP.
La probabilidad que usted vivencie un evento de este tipo es baja, pero su resultado de mortalidad y secuelas graves es alto, por lo tanto, siempre se debe estar preparado.