- Así lo muestran los resultados del Barómetro de Valores e Integridad Organizacional, encuesta diseñada por Fundación Generación Empresarial que en su última versión fue respondida por más de 29 mil colaboradores de 71 instituciones de todo Chile, pertenecientes a diversos sectores económicos.
Santiago 3 de febrero de 2022.- El 89% de los trabajadores está de acuerdo con que su organización tiene valores éticos establecidos; sin embargo, un 40% considera que los miembros del directorio y/o el presidente de la organización no los comunican habitualmente. Estos son algunos de los resultados del Barómetro de Valores e Integridad Organizacional, encuesta realizada anualmente por Fundación Generación Empresarial (FGE) y que reveló desafíos y logros en la promoción de buenas prácticas al interior de las empresas y organizaciones del país.
La encuesta fue respondida entre mayo y octubre de 2021 por 29.222 colaboradores de 71 instituciones de todo Chile, pertenecientes a diversos sectores económicos, del mundo gremial y del Estado. Por primera vez, además, se sumaron a este proceso organizaciones no empresariales como Banco Central de Chile, Corfo, Servicio de impuestos Internos y Cámara de Comercio de Santiago.
Las cifras mostraron que comunicar más y mejor es uno de los principales desafíos que las organizaciones tienen hoy. Y es que un 27% de los encuestados dijo desconocer si en su lugar de trabajo se combate activamente la corrupción, colusión, coimas y/o extorsión; mientras que un 18% afirmó que no sabe si existieron transgresiones o incumplimientos. “Si bien los resultados en general son positivos, dejan en evidencia oportunidades de mejora relevantes. El tono desde la cima aún debe tomar fuerza, pues los colaboradores perciben que quienes todavía pueden hacer más esfuerzos a la hora de comunicar valores, son los integrantes del directorio. Los líderes deben alzar la voz en estas materias y dar el ejemplo”, aseguró Fernanda Hurtado, gerente general de Fundación Generación Empresarial, organización que desde 1995 trabaja promoviendo culturas de integridad y mejores prácticas empresariales que sitúen a la persona y el bien común en el centro de las decisiones.
Percepción de riesgo y vivencia de valores
Otros resultados del Barómetro mostraron que siete de cada diez encuestados dijo sentirse representado por los valores e integridad de su organización, un 84% dijo que los valores se difunden de manera activa y un 96% aseguró sentirse identificado con ellos.
Además, un 72% señaló que sus directivos actúan de acuerdo a estos valores dando el ejemplo, la cifra más alta en toda la historia del Barómetro. Y si de entrenamiento se trata, casi el 80% de los colaboradores manifestó que ha recibido alguna capacitación sobre esta materia, porcentaje que repite el máximo histórico alcanzado el año pasado.
La comprensión del efecto que tiene la integridad en las organizaciones muestra que hay “tierra fértil” para seguir trabajando esta materia. Consultados al respecto, un 75% de los encuestados dijo que este principio tiene alto impacto en el fortalecimiento de la marca; un 70% señaló que genera un positivo efecto en la lealtad y el compromiso del personal; un 68% cree que influye en la lealtad de los clientes hacia el producto o servicio y un 63% que produce una mayor confianza de los inversionistas y accionistas.
Pero el sondeo muestra también que la percepción de riesgo está presente y que se eleva respecto del año pasado. Si en 2020 un 1% de los encuestados consideraba que su organización estaba altamente expuesta a verse involucrada en escándalos de corrupción, esa cifra sube a un 34% en el Barómetro 2021.
“Sin duda estos resultados ratifican que comunicar es clave, especialmente en un mundo con nuevas formas de trabajo que se han instalado debido a la pandemia. En ese sentido las organizaciones tienen un gran desafío que cumplir a la hora de hablarle a las personas que forman parte de ellas”, señaló Fernanda Hurtado.
Acerca del Barómetro
El Barómetro de Valores e Integridad Organizacional mide la definición, vivencia y comunicación de valores empresariales; el conocimiento de las herramientas de prevención de conductas antiéticas; la presencia de conflictos éticos; el compromiso de las jerarquías con la integridad al interior de las instituciones; y sus impactos sobre la competitividad. En su última versión, este instrumento fue perfeccionado con el apoyo de la Dirección de Estudios Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (DESUC).