¿Lo ascendieron a un puesto ejecutivo? Experto en selección entrega algunos consejos
Desempeñarse en una posición gerencial o ejecutiva es, a no dudarlo, el sueño de muchos profesionales que creen en sus capacidades y habilidades para liderar con éxito los destinos de una determinada área, departamento u organización.
Para lograr lo anterior se necesitan años de esfuerzo, trabajo duro y aprendizaje, mezclados con estudios formales y desarrollo de ciertas habilidades duras y blandas, a lo largo del tiempo.
“Hay ciertas cosas que un profesional jamás debe olvidar al momento de ocupar un sillón gerencial, pues resultan claves para obtener resultados positivos y concretos en materia de gestión”, manifiesta Benjamín Toselli, presidente ejecutivo de IT Hunter.
En este contexto, agrega que “Alcanzar una posición ejecutiva es el primer paso de una dura y larga tarea que recién comienza. Pensar lo contrario es un grave error. Por ejemplo, es importante que la persona sepa manejar esa mayor cuota de poder con la que cuenta en su nuevo cargo y no perder la noción de la realidad”.
En este sentido, Benjamín Toselli compartió las siguientes recomendaciones a quienes ocupan hoy puestos de alta gerencia:
- La humildad abre puertas. Como es sabido, hay muchas personas que no están acostumbradas al poder y, por ende, pueden marearse con él. Esta gerentitis o liderazgo mal entendido puede traducirse en sumar más enemigos que aliados al interior de la organización, afectando el clima laboral y, principalmente, la productividad.
- El mayor capital radica en las personas. Todo gerente o ejecutivo debe saber que la mayor riqueza de una organización está en el talento humano. En ese sentido, hay que conocer muy bien a los colaboradores y estimular en ellos el potencial que poseen. Crear instancias para compartir ideas, proyectos y percepciones con el personal a cargo facilita el levantamiento de información relevante del equipo y posibilita la retroalimentación.
- Trabajar en equipo crea sinergias. Pensar que el éxito de una compañía es responsabilidad de una sola persona es lo mismo que tratar de tapar el sol con un dedo. Los resultados positivos o negativos que se obtienen son la consecuencia directa de la forma en que interactúan y trabajan los miembros de una organización.
- Mirar a los proveedores como socios estratégicos. Los proveedores son una pieza clave en el eslabón que nos conducirá a lograr los objetivos fijados para nuestro negocio, por ende, deben ser tratados adecuadamente. En este sentido, hay que mirarlos como socios estratégicos, verdaderos aliados que nos apoyarán a comercializar con éxito nuestros productos y/o servicios en el mercado.
- El norte de la organización está en los clientes internos y externos. Los grandes esfuerzos de una compañía o institución deben estar orientados no sólo hacia quienes consumen sus productos, servicios y/o soluciones (clientes externos), sino que también hacia los colaboradores que los producen o entregan (clientes internos). Ambos dan a una organización la continuidad y proyección que necesita en el tiempo.
- Invertir permanentemente en Tecnologías. Hoy las TICs son transversales a todo negocio o mercado, como consecuencia de la transformación digital. Destinar recursos periódicamente a adquirir tecnologías de punta que entreguen eficiencia a los procesos productivos de una organización y la hagan más competitiva es un desafío importante en la labor gerencial.
- Preparar a su reemplazante. Tiene que ver con la tarea de preparar a su sucesor para que asuma en caso de vacaciones, enfermedad, emergencia, renuncia o jubilación. Es fundamental que el ejecutivo o gerente forme y guíe en el tiempo a la persona que lo reemplazará cuando ya no esté en el cargo. Un buen gerente es quien busca a un buen reemplazante para prepararlo. Esto demuestra grandeza, seguridad y confianza en sus capacidades.
- Manejo político. Un ejecutivo debe aprender a moverse en todos los planos y áreas de una organización, conociendo a los colaboradores sobre todo cuando son empresas muy grandes. Asimismo, debe saber compatibilizar y relacionarse con las múltiples generaciones de trabajadores y con los sindicatos existentes.