Miguel Espinoza Académico Carrera de Fonoaudiología Universidad de Las Américas Sede Concepción
¿Qué tienen en común el químico Louis Pasteur, los políticos Lenin y Stalin, el Papa Pío XII y el actor Bruce Willis? La respuesta es la Afasia, un trastorno neurológico poco conocido fuera del mundo de la medicina, a excepción de las personas que lo padecen y las familias que conviven con ellos.
Para concientizar sobre esta afección, es que cada 28 de junio se conmemora el Día Mundial de la Afasia, en honor al nacimiento del médico y antropólogo francés Paul Broca, quien estudió y describió una región del cerebro como la encargada del lenguaje. Con ello, se contribuyó al conocimiento público sobre las limitaciones que deben enfrentar las personas que la padecen, resaltando de paso la labor del fonoaudiólogo como terapeuta especialista en rehabilitación de este trastorno.
La Afasia, es una condición que afecta al lenguaje en personas que podían comunicarse normalmente, produciendo una pérdida total o parcial de este. En general, los primeros síntomas se evidencian por la dificultad para nombrar objetos y decir nombres, pero también se pueden presentar problemas en la comprensión del lenguaje, en la escritura, la lectura e incluso en la capacidad para realizar gestos, lo cual interfiere severamente en la comunicación de la persona con su entorno.
Esta condición tiene un origen variado, pudiendo estar presente en usuarios que han sufrido traumatismo encéfalo craneano, accidente cerebro vascular, tumores, demencias, entre otras enfermedades, siendo su origen diverso, así como también su clasificación, pues se han descrito más de una decena de Afasias con diferentes características y pronósticos.
Los fonoaudiólogos son los encomendados a evaluar y definir el mejor tratamiento para la rehabilitación, donde los propósitos de la terapia van a depender del origen de este trastorno, la severidad y el objetivo del usuario. En algunos casos se puede optar a una recuperación casi total, con deficiencias leves e imperceptibles para la mayoría de las personas. Sin embargo, hay casos donde la recuperación es parcial, logrando una comunicación funcional con su familia, pero no suficiente para la reinserción laboral.