El agua para la cultura mapuche representa la principal fuente de vida, cargada de espíritu entregando el Newen o energía necesaria que forma parte de la cosmovisión, complementándose con todos los otros elementos que tiene la naturaleza. Según la creencia en el cosmos visto por la cultura mapuche distingue dos dimensiones una vertical (metafísica) y otra horizontal (naturaleza), entregándole un lugar especial al número cuatro, debido a que presenta el equilibrio necesario, son cuatros las divinidades sagradas, los cielos las esquinas de la tierra y los elementos esenciales de la naturaliza, como son: el agua, la tierra, el aire y el fuego.
Cuando se habla de agua no solamente se hace desde la necesidad de brebaje cotidiano, sino que se reconoce como un elemento vital que concierne tanto al ser humano como a todos los seres vivientes, siendo importante para la producción de recursos, servicios y generación de energía, pero que debe tener una especial condición de equilibrio, relacionada con la racionalización que implica una responsabilidad inserta desde siempre en la sabiduría del mundo mapuche, el agua es el mollfün o sabia de la Ñuke Mapu, la cual reconoce que por el agua existimos y resulta primordial darnos cuenta que formamos parte de ella.
Para los sabios antepasados mapuches, el agua es sagrada tanto para la Machi por su acción curadora de enfermedades, como para la vida cotidiana, inclusive este respeto se traduce en la acción de pasar un estero o arrollo, para hacerlo, se debía hacer un efku o ruego al Ngenko (dioses o dueño de las aguas), que se dice que es el espíritu protector del agua. Esto hace reflexionar en cómo hoy en día no se tiene conciencia para el tratamiento de los cursos de agua, se ha perdido su cristalinidad y pureza, para los antepasados era símbolo de energía y vida, la turbiedad y suciedad indica los grados de contaminación como es posible ver en ríos y esteros la imposibilidad de utilizarla para curar y revitalizar, de esta manera resulta un peligro consumirla, porque no se sabe el origen de los contaminantes que evidentemente se encuentran presente en cada milímetro de ella .
El ritual denominado Wetripantu (la nueva salida del sol) se relaciona con el agua, pues dentro de sus rogativas es posible entontar el agua en el epewün (amanecer), todos los participantes de esta ceremonia se acercan al curso de agua más cercano, para bañarse y esperar el sol con el espíritu renovado, y de esta forma, prepararse para comenzar un nuevo ciclo en comunidad. En la búsqueda de agua para realizar el ritual de sanación, la Machi no lo hacía en cualquier parte, sino que se dirigía hacia lugares especiales, sagrados y resguardados, como son vertientes cristalinas que se encontraban en sitios para muchos habitantes era inaccesible, pero ellas los resguardaban para conservar su pureza. Sin embargo, hoy en día es muy difícil encontrar estos lugares, por lo que las mismas comunidades indican que por estar sucias estas aguas, los espíritus lamentablemente han huido.
Otro de los efectos negativos que se ha tenido que enfrentar el pueblo mapuche, es la existencia de la industria forestal y la política extractivista del Estado de Chile, donde las plantaciones exóticas de pino y eucaliptos, han extinguido además del agua, la flora y la fauna nativa. El agua se ve afectada porque estas especies consumen una cantidad inusitada de agua y contaminan con los fertilizantes, fungicidas, entre otros pesticidas, llegando a afectar finalmente a las personas que habitan los sectores rurales aledaños a las plantaciones. Sin embargo, sería iluso echarle la culpa solamente a las empresas forestarles, debido a que los individuos también han sido irresponsables en el uso de este recurso agua, promoviendo el consumismo, el plantar exóticos, no se ha tenido el debido cuidado sobre los ciclos de siembra y formas diversas de monocultivo. En este sentido, el agua es vital para nuestra existencia, hoy se está discutiendo la propiedad y cuidado del agua en la propuesta constitucional, pero no tenemos certeza si efectivamente vamos a tener buenos resultados, mientras tantos las comunidades tendrán que surtirse de agua mediante la distribución de camiones aljibe que las municipalidades entregan como servicio, pero que si lo vemos a mediano y largo plazo esto es resulta una solución que en algún momento no va a ser sostenible.
El planteamiento de la cultura mapuche frente a la crisis ambiental es claro, debe haber un consenso que deba pensar en recuperar el conocimiento ancestral para salvar nuestra agua, la forma de enfrentar los problemas es a través del diálogo (Lemuy, Rumian s/f), el nütran (diálogos con propuestas e ideas), para valorar nuestro kimün o entorno, con el fin de generar estrategias claras y precisas sobre la gobernabilidad del agua, donde participen las comunidades mapuches en conjunto con los tomadores de decisiones, colocando como eje fundamental la recuperación del agua, por medio de la repoblación de especies nativas, recuperación de cuencas, solo de esta forma será posible que las futuras generaciones tengan el privilegio de ver recuperado este elemento vital.