Por Juan José Ugarte, presidente Corporación Chilena de la Madera
Los chilenos y chilenas hemos sido notificados públicamente por un grupo terrorista que seguiremos sufriendo atentados y ataques armados en el sur de nuestro país.
La CAM ha reclamado públicamente la autoría de delitos gravísimos que tienen penas muy altas, atentados cuya autoría en su mayoría se desconocía, pero que ahora han sido reconocidos públicamente por esta organización, la que además ha anunciado que seguirá con estos ataques.
Así, lo que las familias del sur presentían y todos los chilenos de alguna manera intuíamos, ahora se ha materializado vía amenazas públicas y directas contra la integridad personal de las mujeres y hombres que trabajan en el mundo de la madera y los bienes que con mucho esfuerzo han logrado levantar. Ahora deberán convivir con la angustiante certeza que un grupo terrorista está preparado y dispuesto para emboscarlos con violencia en cualquier momento y lugar.
A partir de estas abiertas amenazas, reiteramos nuestra profunda preocupación por la seguridad de miles de familias, personas de trabajo y estudiantes que viven en la zona y que ven como los amedrentan públicamente. Insistimos en nuestro llamado al gobierno, al Ministerio Público y todos quienes correspondan a aplicar y hacer respetar el estado de derecho, con todas las herramientas que les otorga la ley, que por cierto incluye querellas y otros mecanismos de persecución penal para quienes bloquean caminos, queman viviendas, colegios e iglesias, atacan a trabajadores o incluso a través de discursos públicos incitan a que se comentan estos actos.
En las regiones de Araucanía, Biobío y ahora Los Ríos y Los Lagos, la inseguridad, el miedo a salir a trabajar o transitar por cualquier camino son ya parte de una “rutina de vida” o “normalidad”, con la que conviven miles de familias. Los atentados han ido creciendo en intensidad y extensión territorial. Qué fortaleza la de los habitantes del sur para sobrevivir en este marco de miedo e inseguridad.
Si ya el 2021 marcó un peak de acciones violentistas en la macro zona sur, solo en lo que va del 2022, de acuerdo a la Asociación de Contratistas Forestales, ha habido un aumento de los atentados de un 55% en Biobío, 13% en la Araucanía, 67% en Los Ríos y un ¡300% en Los Lagos! ¿Qué regiones siguen después?
El bloqueo de caminos, la usurpación de predios y sobre todo el robo de madera también muestran cifras con crecimiento alarmante. En los primeros seis meses del año ya son 106 las comunas que sufren el flagelo del robo de madera y su impacto en el financiamiento de bandas criminales, extendiéndose estos delitos a todas las comunas de Los Ríos.
La situación se ha vuelto tan alarmante que hoy existe un consenso generalizado y un llamado transversal de vecinos, alcaldes, autoridades, gremios, de todos los sectores y colores políticos de estas regiones para que el Estado actúe ya y enfrente decididamente la crisis de seguridad y la pérdida casi total del estado de Derecho que viven estas regiones.
El trabajo de Carabineros, PDI y Fiscales, apoyados en algunas provincias por la Jefatura de Defensa Nacional, ha permitido avanzar de manera inédita en la contención de algunos delitos flagrantes, brindando una sensación de mayor seguridad. Pero frente al anuncio de una escalada programada y organizada de ataques a las personas y sus bienes, sería esperable una clara respuesta de la autoridad para proteger a la población e ir en contra de los responsables.
El Estado no puede permanecer impávido o “hacer la vista gorda” y simplemente decir que la tarea es de otro. Es urgente que los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial reaccionen y actúen frente a este abierto llamado a la violencia de un grupo terrorista y que pone en riesgo la esencia de la soberanía y el estado de derecho de un país y sobre todo la vida de miles de chilenos y chilenas. La autoridad debe actuar en todos los frentes: político, judicial y de orden público, para proteger a tantos que viven, hoy más que nunca, el desamparo y abandono por parte de quienes debieran estar a su lado. Basta de impunidad, no dejemos en el desamparo a las familias del sur.