Giselle Tutor, Directora de Acceso al Mercado y Asuntos Públicos para Latinoamérica Sur de Medtronic
Al 31 de marzo, según datos del Ministerio de Salud, más de 1,7 millones de personas se encuentran en listas de espera, la mayoría con 24 a 36 meses de retraso. Respecto a cirugías, son 293.000 mil de distinta naturaleza.
Una suma de factores ha configurado un gran desafío en relación con las listas de espera, un problema de larga data que se agudizó con la pandemia y que tensiona aún más al sistema en el contexto de la campaña de invierno, donde se requiere mayor disponibilidad de camas.
¿Cuáles son estos factores? Primero, fragmentación del sistema de salud, con pacientes en distintos niveles de atención sin una adecuada referencia para diagnóstico y tratamiento. Segundo, una infraestructura limitada con dispares niveles de tecnología e innovación por nivel. Y tercero, políticas públicas sin continuidad para enfrentar esta urgencia.
Entre los ejes de solución para este desafío se deben considerar la falta de sistemas actualizados de información y seguimiento de los pacientes -aún dispares en el sector público y privado- y el reto permanente de la disponibilidad de especialistas, pabellones y camas.
Resolver estas atenciones en pausa es un tema prioritario, que debe convocar a todos los sectores. Durante la pandemia vimos que la alianza público-privada generó disponibilidad de camas y una capacidad de resolución importante para atender a la población. Ad portas de la Reforma de Salud, este buen camino puede ampliarse en una discusión sin sesgos, porque vimos que el trabajo colaborativo logra resultados.
Una estrategia interesante de explorar es la ambulatoriedad de ciertos procedimientos quirúrgicos. Por ejemplo, en el Hospital del Salvador se ha iniciado un proyecto piloto para várices, patología para la cual hay 2.000 pacientes en espera en dicha institución. En vez de utilizar un pabellón central se traslada la atención a un pabellón de cirugía mayor ambulatoria -e incluso próximamente en un pabellón de procedimientos- para una intervención de sellado de venas que permite que el paciente se vaya el mismo día a su casa, liberando camas, recursos médicos y pabellones de alta complejidad, lo que a su vez permite disminuir también lista de espera de pacientes más complejos, como oncológicos o cardiovasculares.
En operaciones mayores, recientemente en el Hospital de Temuco se realizó con éxito un procedimiento para estenosis aórtica que antes sólo se realizaba a corazón abierto e implicaba cerca de 10 días de hospitalización en UCI. El uso de un implante percutáneo de válvula aórtica (TAVI) permitió que el paciente fuera dado de alta en un par de días. La optimización y gestión de pabellones también es posible con plataformas de Inteligencia Artificial (IA), que permiten trazar el ingreso y trayecto del paciente para lograr optimizar la gestión hospitalaria e identificar oportunidades de mejorar protocolos y asignación de recursos.
Estas soluciones tecnológicas van en directo beneficio de la reducción de lista de esperas y conectan con el desafío de usar inteligentemente los recursos para atender a más pacientes. La innovación y el diálogo permitirán avanzar hacia una solución para este problema tan urgente, en beneficio de miles de familias.