– Cristian Atala explicó que recolectar flores impide que éstas finalmente produzcan semillas y que las plantas se reproduzcan.
Tras la extensa sequía que ha afectado al país, este año gracias a las abundantes precipitaciones las flores volvieron a nacer en el desierto. Miles de semillas y estructuras subterráneas estuvieron esperando la caída del agua y se conservaron gracias a sus características biológicas.
Este espectáculo de la naturaleza atrae a turistas y por ello según los expertos se deben tomar algunas medidas para resguardar las plantas. Cristian Atala, académico del Instituto de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) planteó que en término de las recomendaciones para acercarse a los lugares, «lo más importante es no recolectar, no cortar las flores. Porque al cortar la flor yo evito que esa flor se convierta en un fruto, dé semillas e impido la reproducción de la especie en ese lugar”.
El Doctor en Ciencias Biológicas, acotó que “una recolección muy intensiva afecta negativamente a las poblaciones y va a hacer que no hayan semillas para un próximo evento desierto florido”.
Durante estas semanas, muchas personas acuden a las zonas del Desierto de Atacama y se incrementa la actividad turística por lo que el académico considera fundamental tomar conciencia del daño que significa invadir los lugares donde están floreciendo las plantas: “También hay que tener cuidado extremo, ojalá no meterse con autos, por ejemplo, porque eso aplasta las flores y produce el mismo efecto de dañar la estructura reproductiva antes que produzca la semilla. Lo mismo al caminar, tener cierto cuidado de no pisarlas”.
“La gente cree que cortar un ramito no pasa nada, pero sí tiene consecuencias por eso hay que evitar la recolección, tratar de no romperlas o dañarlas al acercarse, porque en el fondo estoy dañando el futuro del desierto florido”, advirtió Atala.
El profesor e investigador experto en plantas recordó que hay una amplia variedad de especies, cerca de 200: “Por ejemplo podemos ver Nolanas, Huillis, la Pata de Guanaco, las Garras de León y Añañucas. Estas y otras flores son geófitas, que presentan estructuras subterráneas de reserva (como bulbos y tubérculos) y que son capaces de aguantar largos períodos hasta que pueden rebrotar o algunas que germinan y se activan cuando existe la cantidad de agua suficiente que les permite florecer.”
Atala puntualizó que “estos eventos de desierto florido permiten la reproducción de las especies que están ahí, las que en años secos quedan ahí como dormidas y algunas otras especies presentan estas estructuras subterráneas que te decía que también son capaces de aguantar períodos largos sin agua. Entonces, el desierto florido es, en el fondo, el momento donde todas las especies se reproducen sexualmente y se pueden propagar, y es lo que mantiene y perpetúa las flores para próximos eventos de desierto florido. O sea, el desierto florido de hoy, va a generar las semillas para el desierto florido de 10 años más, en el futuro. Por esto es fundamental cuidarlo”.