Es común escuchar a los pacientes decir que tienen artritis o artrosis, pensando que son lo mismo. Pero, ¿sabías que, en realidad, tienen muchas diferencias?
Ambas enfermedades poseen un punto en común: son patologías reumáticas, que afectan a una o varias articulaciones -más en mujeres que en hombres- y provocan dolor; sin embargo, están lejos de ser iguales.
El traumatólogo de Clínica INDISA, Dr. Adolfo Mena, explica a continuación las distinciones entre cada una.
¿Qué son?
- Artritis: es la inflamación de una o varias articulaciones al mismo tiempo.
- Artrosis: es el desgaste de una articulación que aparece paulatinamente con el tiempo a medida que envejecemos o bien después de alguna lesión articular, como fracturas o lesiones ligamentosas.
Ambas patologías pueden comprometer cualquier articulación del cuerpo, pero la localización de la parte que se vea afectada va a definir qué tipo de artritis o artrosis estamos viendo. Es muy importante saber cuáles son las causas de las dos. El Dr. Adolfo Mena las señala:
Artritis:
- Infecciones: generalmente son ocasionadas por gérmenes o bacterias que llegan a la articulación afectada.
- Depósito de cristales: suelen acumularse en la membrana sinovial, o popularmente conocida como “gota”.
- Traumatismos: estos están asociados a golpes fuertes, caídas o impactos en la zona.
- Patologías reumatológicas: artritis reumatoide, artritis psoriásica, artritis reactiva, etc.
Artrosis:
- Post traumática: posterior a una fractura articular o cercana a la articulación, o posterior a lesiones ligamentarias, se puede producir una alteración biomecánica que desencadene un desgaste acelerado del cartílago articular)
- Degenerativa: cuando el cartílago que protege la articulación se desgasta, deja de amortiguar los extremos de los huesos y se produce la artrosis. Esto puede ocurrir como causa del paso del tiempo a medida que envejecemos, por sobrecarga en pacientes obesos, o posterior a inflamaciones recurrentes en algunos casos de artritis)
Síntomas de la artrosis y de la artritis
El especialista de Clínica INDISA puntualiza que ambas enfermedades “pueden afectar a cualquier articulación del cuerpo. Sin embargo, la localización de la artritis va a definir el tipo de esta”.
La artritis suele presentarse con un dolor articular, aumento de temperatura local, además de hinchazón y/o enrojecimiento en la zona afectada. “Hay casos en los que puede volverse una enfermedad crónica, como la artritis reumatoide, por ejemplo, que puede llegar incluso a provocar la erosión del hueso y la deformidad de las articulaciones. Mientras tanto, los síntomas de una artrosis presentan no solo dolor en las articulaciones, sino que además puede provocar rigidez y deformidad progresiva. También, puede generar pérdida de flexibilidad e incluso puede llegar a comprometer los rangos de movilidad de la persona afectada”, afirma.
El Dr. Mena puntualiza que “existe un 30% de adultos mayores a 65 años que podrían presentar algún síntoma relacionado a la artrosis. Asimismo, hoy es la tercera condición que provoca deterioro e incapacidad (después del Alzheimer y la diabetes)”.
Tratamiento para ambas enfermedades
“La gran diferencia que existe entre ambas patologías es que una se puede tratar a tiempo para evitar que progrese el daño articular, mientras que la otra solo se puede tratar sus síntomas, sin existir hasta hoy un tratamiento que la detenga o revierta. La artritis se puede tratar, mientras que la artrosis no tiene solución definitiva, solo tratamientos contra el dolor”, explica el traumatólogo de Clínica INDISA, Dr. Adolfo Mena.
La artritis puede dejar secuelas graves tanto en las articulaciones como en otros órganos, por lo que perjudica la calidad de vida de las personas. La causa de esta definirá el tratamiento que decida el especialista, que puede variar desde antiinflamatorios hasta inmunosupresores.
En tanto, “la artrosis -al no ser una enfermedad sistémica- presenta un mejor pronóstico, a pesar de que casi la totalidad de la población mayor a 60 años la presente en algún grado”, afirma el especialista. Si bien no existe un tratamiento que permita curarla, hay varias formas de aliviar el dolor. Entre las más simples, están evitar ejercicios de alto impacto articular y bajar de peso para que las articulaciones no tengan que cargar tanto. Respecto a tratamientos con medicamentos, pueden utilizarse analgésicos, antiinflamatorios, infiltraciones y, en casos extremos, requerir intervenciones quirúrgicas con prótesis de caderas y/o rodillas.
Recuerda que Clínica INDISA cuenta con una red de especialistas expertos en el tema que podrán acompañarte durante el tratamiento traumatológico que necesites.