- Un sol resplandeciente y las buenas condiciones climáticas propiciaron la participación de más de 150 personas venidas de diferentes localidades de la comuna de Puerto Montt que participaron de la segunda versión del Trafkintü organizado por la Escuela Rural de Río Blanco y las organizaciones comunitarias.
- En un ambiente de alegría y entusiasmo estudiantes de las escuelas de Río Blanco, Correntoso, Pichiquillaipe desde la Carretera Austral, Panitao y la Escuela Melipulli desde Puerto Montt, compartieron experiencias, saberes, semillas, plantas, árboles, libros, artesanías, cantos, danzas, exposición de escultura en piedra, además de recorrer el hermoso sendero de la escuela.
El panorama en Río Blanco fue excepcional y también fue compartido por organizaciones culturales, Comité Ambiental y familias que junto a comisiones de estudiantes, adultos mayores, autoridades ancestrales y el Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de Puerto Montt, hicieron que la segunda versión del Trafkintü fuera un éxito total.
Río Blanco es una pequeña localidad ubicada a 40 kilómetros de la ciudad de Puerto Montt y desde el 2015, año en que hizo erupción el volcán Calbuco, los vecinos sienten que han sido visibilizados. Desde la mirada de los vecinos, María Chávez, presidenta de la Junta de Vecinos de Rió Blanco, nos comenta que “este es el segundo Trafkiltü que organiza la comunidad educativa y para nosotros es muy relevante porque este sector antiguamente nadie lo conocía y después de la erupción del volcán, la gente ya sabe dónde queda y podemos mostrar y difundir nuestras actividades que van desde la agricultura, la artesanía y ferias locales”.
El intercambio, trueke, trafkintü (lengua mapudungun), es una práctica ancestral donde se intercambian semillas y saberes, respondiendo a principios de reciprocidad, generosidad y resiliencia. Y en Rio Blanco ya se han levantado y organizando dos versiones de trafkintü de manera colaborativa entre organizaciones como el Centro Cultural y Turístico Alerce Vivo, el Club de Montaña Cumbre Sur, la Junta de Vecinos de Río Blanco y el Comité Ambiental del establecimiento.
Desde la cosmovisión mapuche fue invitado, Erick Vargas Quinchaman, Lonko mapuche Huilliche Lafquenche de la comunidad de Chamiza, quien junto Margarita Milanca, llegó a este el sector de Rio Blanco para dar inicio a la actividad con una pequeña ceremonia ancestral mapuche, en donde participaron estudiantes de las escuelas, vecino/as e invitado/as: “por miles y miles de generaciones nuestro pueblo ha hecho este tipo de ceremonia como una forma de pedirle permiso a los dueños de casa y a los seres espirituales que nos acompañan en estos procesos, para saludar y agradecer a la ñuke mapu que nos permite vivir en su lecho”. Nos comenta la autoridad mapuche, “la sociedad se ha abierto positivamente a escuchar y a entender que es el Trafkiltü”
Natalia Muñoz Uribe es presidenta del Centro Cultural y Turístico Alerce Vivo y también psicopedagoga de la Escuela de Río Blanco y desde su experiencia como gestora cultural y educadora señala que “para toda actividad que emerge desde las organizaciones territoriales rurales es muy importante el apoyo entre las pares y como somos comunidades pequeñas necesitamos el apoyo en red y en conjunto”
Las semillas no tienen nombre ni nacionalidad sino más bien son el patrimonio natural heredado por las distintas comunidades indígenas, campesino/as, agricultore/as que en tiempos inmemoriales han domesticado semillas y han logrado preservarlas. Es así como en la actualidad este tipo de ceremonias de intercambio de semillas y plantas es una instancia que permite por un lado el intercambio económico y de saberes entre comunidades.
Y los agricultores y hortaliceras tienen mucho que aportar con respecto a este tema, finalmente son quienes consolidan y enriquecen relaciones de conocimiento acerca del origen de la semilla si está fue expuesta a productos químicos y relación con la tierra y el cultivo. Magali Ojeda nos cuenta que hace 8 años que pertenece al grupo de hortaliceras de Río Cisne y que la experiencia de compartir este conocimiento con los las nuevas generaciones y con los estudiantes ha sido muy enriquecedora y emocionante: “es muy lindo ver como los niños quieren conocer las plantas y lo que uno hace, el intercambio es muy hermoso y nosotras sentimos que somos un aporte importante en el hogar”, nos cuenta muy emocionada Magali.
Y quienes disfrutaron a más no dar, fueron los niño/as venidos de distintos sectores de la comuna de Puerto Montt, algunos de ellos terminaron la jornada bañándose y jugando en las cristalinas aguas del Río Blanco, “Leufü” en mapudungun.
Benjamín Santana Soto, vive en la localidad de Chingue y es estudiante de la Escuela Rural Correntoso y participó de todas las actividades junto a sus compañeros: “hoy enseñé a los niños más pequeños los nombres de los árboles nativos y también fui guía en la actividad de senderismo, intercambié semillas y plantas, regalé folletos de senderismo y ecoturismo” además Benjamín nos cuenta acerca de su preocupación por el medio ambiente “ahora que el planeta se encuentra en peligro es importante aprender de estos temas para mejorar lo que hay”.-