Una velada impecable se vivió esta semana en la tercera versión de la gala artística anual que organiza el Colegio Vencedor de Puerto Varas, emplazado en el sector de Colonia Río Sur. Una clara muestra de cómo una comunidad escolar, a través de la organización, el trabajo conjunto, el deseo de aprender y superar expectativas, puede generar un evento de gran calidad.
Bajo el título “Un Cóndor llamado Chile” se desplegó una puesta en escena que incluyó el baile, la música y el teatro, que repasó la historia del territorio nacional, desde los pueblos originarios que lo habitan, y las posteriores culturas avecindadas e incorporadas, que forman la identidad social y cultural de nuestro país. Se trató de un espectáculo donde más de 200 estudiantes de primero y segundo medio del Colegio Vencedor participaron, bajo la guía y la colaboración de un cuerpo docente comprometido y dedicado, encabezado por las asignaturas de Música, Historia y Educación Física. Con ello, hicieron de todo: fueron bailarines, actores, locutores, tramoyas e, incluso, formaron una orquesta para hacer un musical que resultó, como se dice, “redondo”.
La obra “Un cóndor llamado Chile” se enmarca dentro de una metodología de enseñanza basada en proyectos, ejecutada por el Colegio Vencedor, según explicó su directora, Ester Huenchufil. Así, desde agosto se prepararon: hicieron audiciones, fueron capacitados y, por sobre todo, tuvieron mucho ensayo. Luego se organizaron y definieron los roles de cada participante, así se generó un actividad que aporta desde diversas áreas al proceso de enseñanza y aprendizaje.
“Realmente una obra maravillosa, que es fruto de la metodología que tiene el Colegio Vencedor desde hace ya varios años: aprendizaje basado en proyectos. Así es la forma de trabajo de nuestra comunidad escolar; con trabajo colaborativo, interdisciplinario. Entonces esta obra muestra el resultado de todo un trabajo que comenzó en agosto. Fue un viaje por la historia de nuestro país”, dijo la docente.
Una de las motivaciones para realizar tal puesta en escena es la percepción de que la historia nacional se pierde, más aún la diversidad cultural existente. Por ello, elaboraron un guión que tenía como actor principal precisamente a nuestra ave nacional, el que va recuperando la noción de su propia identidad. El musical partió con el pueblo huilliche, pasó por la cultura hispana, la criolla, la chilota, la rapa nui, la patagónica y la nortina. Así, el resultado fue tan colorido como es nuestra sociedad.
Para los estudiantes que fueron parte, no sólo se trató de un proceso de aprendizaje, sino también de descubrir nuevos talentos, afianzar lazos entre compañeros y crear otros.
“Fue espectacular, increíble. Más que participar, también pude hacer más amigos y aprender un nuevo instrumento: la quena, yo nunca la había tocado”, contó Francisco Martínez Rojas, del 2A. Por su parte, Catalina Rojas, quien personificó al cóndor durante toda la obra, reconoció que la actividad le sirvió para incrementar su acervo cultural: “De hecho, a mí ‘Historia’ nunca me gustó. Creo que se amplió mucho mi cultura al hacer esta obra. Al principio, en el ensayo general, me dieron muchos nervios, pero como ensayé siempre con personas viéndome, no me dio tanta vergüenza”.
Para la gala artística incluso se formó una orquesta, que acompañó prácticamente toda la presentación y que creó su propia cueca en honor a Chile. El profesor de música Esteban Morales fue el encargado de dirigirla, luego de una serie de audiciones que determinaron su composición. Más allá de la puesta en escena, la conclusión es que la iniciativa debe continuar en el tiempo.
“Fue un desafío grande. Hubo mucha motivación por parte de los profesores y los estudiantes se sumaron con todo. Fueron piezas nuevas, hicimos audiciones porque los chicos no tenían la experiencia de tocar folclor, pero tuvieron la disposición de aprender. Fue duro en un comienzo, pero pudimos, con mucho trabajo lograr la comunión con los instrumentos y la armonía de la orquesta. Claro que sí, claro que debe continuar”, sostuvo el docente.
La actividad fue contemplada con un marco de público que repletó el gimnasio del Colegio Vencedor y que de principio a fin aplaudió cada uno de los cuadros musicales. Para Bernardita Llancapani, tesorera del Centro General de Padres, la actividad aporta claramente en el aprendizaje de los estudiantes.
“Fue una gala maravillosa. Yo sé que los chicos venían preparándose desde hace mucho tiempo y lo hicieron espectacular, todos. Es un tremendo trabajo que hay detrás, con el apoyo tanto de profesores como de nosotros los padres. Ojalá que siga así por mucho tiempo más”, dijo la apoderada.
Tras poco más de una hora de espectáculo, la actividad cerró con el reconocimiento a todos los participantes, pero en especial para aquellos que dejarán prontamente el establecimiento y a los profesores a cargo de organizar la gala artística. Alta queda la vara para el próximo año, aún cuando están confiados de superar el desafío, más aún ahora que conocen la historia de “Un cóndor llamado Chile”. Fundación Vencedor, entidad sostenedora del Colegio, abraza el liderazgo del Señor Jesucristo, para valorar, formar e inspirar incondicionalmente a las personas. Sin duda está obra expuso claramente el espíritu Vencedor.