La teoría de la captura, los medios de transporte y otras cosas.
Por: Dr. Ulises Alarcón G., Director Instituto de Gestión e Industria, Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt.
Cuando niño disfrutaba paseando en tren por el sur de Chile, inclusive llegando desde Puerto Montt hasta Santiago. Eran otros tiempos. Teníamos la ruta 5 Sur con buses y camiones circulando por ellas, LAN y LADECO volaban por los cielos y no existían quejas por la supuesta competencia. Claro, consignar que teníamos mucho menos población y emprendedores.
Hoy -y por supuesto que un par de veces antes, también- tenemos problemas con el semi bloqueo de los camiones en las carreteras y la falta de libre flujo por algunas líneas de transporte público que se han apostado en calzadas en algunas ciudades. Todo esto ha provocado temor en la población, quizás no tanto como los actos terroristas y la delincuencia que estamos viviendo, pero igualmente ha preocupado a la mayoría.
Pero la pregunta es ¿qué hacemos frente a la avalancha de captura regulatoria? Expliquemos esto para contextualizar.
La regulación es una herramienta de política pública que le otorga al Estado el poder de intervenir sobre las actividades que considera primordiales. La teoría general de la regulación apunta a que el establecimiento y gestión del marco regulatorio tiene como objetivo fundamental corregir dificultades de interés público. Hay algunos que sugieren que la regulación responde a un provecho privado determinado, hablamos aquí de la “captura del regulador”. Esta suposición se sostiene en el esparcimiento de los costos y la concentración de los beneficios de la regulación es inicua. Aquí estamos hablando de un fenómeno que alcanza una combinación de acontecimientos y circunstancias, donde una entidad estatal muestra en sus ejercicios una apariencia de estar cuidando los intereses particulares del sector sobre el cual tiene un deber legal de normar con propósitos de bien común.
Es aquí donde nace la duda razonable. ¿Por qué no hemos desarrollado una fuerte política de desarrollo ferroviario en un país que es tan largo? ¿Por qué no hemos abierto el cabotaje marítimo de carga para que barcos de otras nacionalidades puedan transportar carga entre puertos chilenos? ¿Son tan fuerte las medidas de presión de las líneas aéreas, de las líneas de buses, de los camioneros como para paralizar el desarrollo de país entero?
El Estado
Deberíamos, entonces, con una breve perspectiva evaluar su obra y su consecuencia, sin embargo, deben estudiarse detalladamente las circunstancias en las que se produjo tal o cual actuación, si se procura enmendar esa conducta e impedir su continuidad. Concibiendo que, hay contextos en los que la operación del regulador no sea afín a las intenciones o intereses bajo los cuales se creó. Aquí es donde uno se pregunta. ¿Está el Estado hoy y también, a través del tiempo, respondiendo a las necesidades y prioridades del bien común? O lisa y llanamente no avanza en lo señalado y permite el crecimiento de algunos en desmedro de otros. Adam Smith señalaba en 1776: “Este monopolio ha aumentado de tal manera el número de algunas de sus tribus que se han vuelto, igual que un ejército desmedidamente cuantioso, algo aterrador para el gobierno, y en muchas ocasiones amedrentan a los legisladores”. Así mismo, Rose-Ackerman y Palifka en 2016 nos instruían que la captura regulatoria revela –al menos en parte– el consentimiento de normas jurídicas muchas veces inconexas con el interés general.
Hay que apurar el buen hacer de las cosas, entregar certeza jurídica y avanzar para mejorar el bienestar de las todos; ese es el clamor de la lógica del bienestar público. Es tarea pendiente el avanzar en el crecimiento y desarrollo de un Chile más sano, justo y tranquilo que permita el florecimiento de una economía robusta y sana que impacte en las personas.