El verano es la época en que las arañas aparecen, incluso no es tan extraño encontrarlas en algún lugar de la casa, ya que cuando aumentan las temperaturas, éstas se reproducen y salen a cazar sus alimentos. Sin embargo, no debemos acostumbrarnos a tenerlas cerca, especialmente a las de rincón, muchas de las cuales viven escondidas en el hogar y generalmente suelen salir de noche.
En nuestro país existen más de un par de tipos de arañas venenosas, pero es poco probable que nos encontremos con todas. Pero de las que sí debemos cuidarnos, son la araña de rincón (Loxosceles laeta) y la viuda negra, del trigo o poto colorado (Latrodectus thoracicus), ambas son capaces de causar graves daños al ser humano, incluso la muerte. La viuda negra por su veneno neurotóxico que ataca al sistema nervioso produciendo grandes dolores. La araña de rincón por su veneno dermo-necrótico y víscero-tóxico. “El cuadro clínico que se presenta por este tipo de arácnido puede presentarse bajo dos formas: loxoscelismo cutáneo (daños en las piel), en 81 a 96% de los casos, y loxoscelismo cutáneo-visceral o sistémico, en 7,3 a 18% de los casos y que corresponde a una complicación severa del estado de salud, que en palabras simples es cuando que genera destrucción de la sangre, problemas de coagulación y así se afectan diversos órganos, a tal nivel que pueden ocasionar la muerte”, comenta Gloria Díaz, enfermera y Directora de Comunicaciones de FENASENF.
Pero justamente la idea es evitar que lo anteriormente mencionado ocurra y por eso, las enfermeras y enfermeros, nos comparten algunos consejos:
“La limpieza diaria de la casa es imprescindible. No acumular cosas en rincones y olvidarlas por largo tiempo. Las arañas adoran los rincones, lugares oscuros y sin ruido. Una casa desordenada y llena de cosas es un medio atractivo para los arácnidos. Es importante realizar al menos una vez al mes limpieza en profundidad, tal como si fuera una mudanza, moviendo los muebles, sacando el polvo y las telas de araña, si las hubiera”, recomienda Lina Araya, enfermera y Directora Ejecutiva de FENASENF.
También es necesario evitar la presencia de otros insectos. Las arañas son grandes depredadoras, y donde hay insectos es muy posible que haya cerca alguna araña. Es además imprescindible revisar la ropa y sacudirla antes de usarla, por si hubiera alguna araña escondida. “En época estival, las picaduras de araña aumentan un 47,2% y en el 86,6% de los casos, ocurre dentro de los domicilios, específicamente en los dormitorios, mientras se duerme o al momento de vestirse”, agrega José Luis Espinoza, enfermero y presidente de FENASENF.
Si con todos estos consejos, no logras salvarte de una mordedura de araña, es importante reconocer los signos:
Dolor punzante, aumento de volumen (edema) de la zona afectada. Mancha con bordes irregulares y una coloración que no es uniforme, la que puede ir desde rosa pálido, rojo, hasta violeta. Sin embargo, debería ser relativamente fácil detectarlo, porque “los síntomas desde el momento exacto de la picadura suelen ser muy intensos y se presenta una inflamación notoria en la zona afectada. Lo aconsejable es lavar con agua y jabón, aplicar frío local (hielo) y lo más importante es acudir de inmediato a un servicio de urgencia, ojalá llevando el arácnido que te atacó, para poder determinar que especie es y así definir el tratamiento más adecuado”, aconseja el enfermero, José Luis Espinoza