Día Mundial del Agua
Ph.D. Carlos Faúndez Académico de la Escuela de Agronomía Universidad de Las Américas
Ya en el año 2016 se mencionaba en un artículo de la revista científica internacional Nature, que dos tercios de la población mundial estaba enfrentando escasez hídrica al menos un mes del año, lo que significa, que en ese momento se presenta un desbalance entre la oferta y demanda de agua. Generalmente la escasez hídrica se confunde con el término sequía, el cual metereológicamente es una comparación entre un año actual de precipitaciones y un año determinado como estándar o normal, y además, puede terminar un año en particular.
El concepto de disponibilidad de agua está aún vigente para la investigación actual y futura. Depende, entre otras cosas, de la cantidad y calidad de aguas. La cantidad de agua en una cuenca se determina por medio de un balance hídrico, que, si bien no es complejo de entender, su aplicación a nivel de cuenca o nivel país es un desafío. Uno de los mayores problemas para su aplicación es el desconocimiento de la cantidad de agua en los acuíferos y sus recargas, y de los parámetros hidráulicos de suelo, especialmente en condiciones de montaña. Resolver estos problemas es un gran desafío para Chile en la presente década.
¿De qué sirve tener agua si está contaminada para un determinado uso? Las principales fuentes de contaminación de este recurso natural son la agricultura intensiva, producción industrial, minería y aguas servidas urbanas. La agricultura intensiva descarga gran cantidad de agroquímicos para incrementar rendimiento, siendo los pesticidas una parte importante de ellos. En Chile aún no es clara la legislación que controla la concentración umbral de pesticidas en napas freáticas para distintas funciones.
Por lo tanto, en el Día Mundial del Agua se debe realzar la importancia de potenciar estudios para resolver el balance hídrico a nivel de cuenca y para determinar posibles fuentes de contaminación de napas freáticas o causes superficiales. A su vez, se debe avanzar en leyes que regulen la concentración de diversos agroquímicos en napas subterráneas y causes superficiales para así asegurar la disponibilidad de este fundamental recurso natural para generaciones actuales y futuras.