Ventajas, desventajas y conservación de frutas orgánicas
Laura Poblete Directora Carrera de Nutrición y Dietética Universidad de Las Américas Sede Concepción
Las frutas orgánicas son consideradas por quienes optan por una nutrición más consciente, natural y libre de sustancias nocivas, siendo también muy apetecidas en toda temporada por su frescura y valor nutricional. Se obtienen mediante la agricultura orgánica o también denominada agroecología, la cual evita el uso de productos químicos que pueden dañar el medio ambiente y la salud de los consumidores y agricultores.
Entre las ventajas de su consumo se encuentran la de prevenir el desarrollo de complicaciones a nivel del sistema digestivo, nervioso y reproductivo, gracias a que no poseen químicos dañinos. Además, al respetarse su tiempo de crecimiento y desarrollo de forma natural, se caracterizan por ser alimentos más frescos y con mayor intensidad en su sabor, aroma y color; y desde el punto de vista del valor nutricional, contienen más agua, niveles más altos de vitaminas y minerales esenciales favoreciendo el sistema inmunológico y mayor cantidad de antioxidantes y polifenoles que ayudan a combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de las células.
Aunque su consumo tiene múltiples beneficios, no se puede dejar de mencionar que su valor comercial es superior al de las frutas cultivadas convencionalmente, pues su sistema de producción es uno de los más regulados que existen. Sin embargo, igual es posible conseguirlas a un costo accesible si privilegiamos productos de temporada, preferimos su compra a productores locales dedicados a la agroecología o bien creamos una huerta orgánica en el jardín o terraza del hogar.
También, es necesario señalar que tienen un rápido deterioro al contener mayor aporte de agua y no ser tratado con conservantes. En este sentido, existen métodos de conservación que permiten su mayor duración, dependiendo de las características de cada tipo de fruta, estos pueden conservarse a temperatura ambiente o a bajas temperaturas mediante el uso de equipos de frío.
Las frutas que requieren de temperatura ambiente para mejorar su conservación y no perder sus propiedades son las cítricas como la naranja, mandarina, limón, kiwi, las frutas tropicales en el caso del plátano, mango y papaya, además del melón y la sandía sin cortar. También es apropiado para aquellas frutas inmaduras y que se desea que tengan un proceso de maduración más lenta. Para ello, se debe elegir un lugar seco, ventilado y lejos de las fuentes de luz. En el caso de los frutos rojos como las frutillas, moras y arándanos, además de los damascos, duraznos, cerezas y manzanas, se recomienda la refrigeración para detener el proceso de maduración permitiendo su conservación por más tiempo, privilegiando además el uso de los espacios del equipo destinados para ellas.
En el caso que las frutas se encuentren cortadas en trozos, se pueden conservar al interior de recipientes de vidrio hermético incorporando papel absorbente en la parte inferior y superior para reducir la humedad. De manera opcional, se les puede agregar un poco de jugo de limón para evitar su oxidación, teniendo en cuenta que su sabor pudiese variar un poco.
Asimismo, existe la opción de congelarlas a -18 °C, teniendo en cuenta que se produce una pequeña pérdida de sus propiedades nutricionales, sin embargo, es una alternativa para prolongar el periodo de conservación. Para esto, deben estar previamente lavadas y porcionadas idealmente en envases de vidrio hermético. La deshidratación también es considerada como un método de conservación, el cual se puede lograr mediante el uso deshidratadores de alimentos, el horno doméstico o bien con luz solar.