Desafíos y oportunidades de la Ley TEA
Por: Mg. María Ignacia Riquelme Katz, Educadora Diferencial, Académica Instituto de Especialidades Pedagógicas UACh Sede Puerto Montt
A partir del año 2008 la Asamblea General de las Naciones Unidas decreta que el día 2 de abril, se celebre en todo el mundo el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de quienes presentan esta condición.
Este año en nuestro país esta fecha tiene una singularidad ya que el 10 de marzo se publicó la Ley 21.545, llamada coloquialmente Ley TEA, la que establece la promoción de la inclusión, la atención integral y la protección de los derechos de las personas con Trastorno del Espectro Autista en el ámbito social, de salud y educación.
La ley implica un gran avance y esperanza para miles de familias de personas en el espectro autista que requieren apoyo y recursos para que sus hijos(as) tengan oportunidades para desarrollar el máximo de sus posibilidades.
Pero para que la ley se cumpla y no sea solo una declaración de buenas intenciones es necesario avanzar hacia una comprensión real del autismo. Eso implica valorar la diversidad, encontrar la riqueza que existe en la diferencia y no olvidar nunca que bajo la etiqueta del diagnóstico hay un niño(a) o un(a) joven que tiene derecho a desarrollarse, tener amigos, trabajar, tener una vida independiente y participar de todos los espacios que la sociedad ofrece y que nos pertenecen a todos(as).
Solo la comprensión del autismo mejorará las condiciones de los niños(as) que hoy “sufren” en un sistema escolar que muchas veces los vulnera, los discrimina y los excluye.
Comprender el autismo; nos hará cuestionarnos sobre muchas de las medidas y acciones discriminatorias que hoy lamentablemente naturalizamos en nuestro medio escolar como acortar arbitrariamente la jornada escolar, solicitar a los padres que retiren a sus hijos(as) del establecimiento por una desregulación emocional o del comportamiento o limitar el acceso a talleres extraprogramáticos, entre otros.
Por otra parte, ¿La ley mejorará las competencias y la formación de los profesores(as) para brindar los apoyos adecuados para que los niños(as) puedan aprender, participar y disfrutar de su experiencia escolar?
Tenemos mucho trabajo por delante y seguiremos desde la formación inicial docente aportando a que las nuevas generaciones de profesores(as) miren el autismo con otros ojos, con ojos bien abiertos, curiosos, entusiastas y comprometidos con una educación que brinde espacios para que todos los niños, niñas y jóvenes encuentren su lugar, sean respetados y valorados en su valiosa singularidad.