Cuidado con las dietas mágicas
Al seguir algún tipo de “dieta mágica”, se altera la ingesta de alimentos y, por lo general, se disminuye drásticamente la cantidad de éstos o tiempos de comida. Como no hay una supervisión profesional, quienes las siguen tienen periodos de apetito excesivo asociados a la baja ingesta calórica.
De 7 a 10 días, el paciente puede o no lograr la baja de peso esperada, pero al no haber combinado actividad física y haber pasado hambre durante tantos días, vuelven a la alimentación de antes que, en general, es poco saludable, excesiva en calorías y en nutrientes críticos como azúcar, grasas saturadas y sodio. Como consecuencia, recuperan en poco tiempo el peso perdido.
Los supresores del apetito también pueden tener un efecto rebote al momento de dejar de consumirlos, dado que su uso no está asociado a un cambio de estilo de vida. Por lo tanto, el usuario deposita toda la responsabilidad de disminuir la ingesta de alimentos a un fármaco y cuando termina su uso, se retoma la alimentación previa en calidad y cantidad.
La recomendación es realizar cambios de hábitos que se mantengan en el tiempo, como el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescados, lácteos, frutos secos y semillas; aumentar el consumo de agua; disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados y realizar actividad física en forma diaria. Al integrar estos elementos, es muy probable que las personas lleguen a su peso ideal, sin pasar hambre, consumir fármacos o sin sufrir el efecto rebote provocado luego de seguir dietas extremadamente restrictivas.
Cinthia Quezada Ramírez
Académica de Vinculación con el Medio
Escuela de Nutrición y Dietética
Universidad San Sebastian