Desde 1998 se conmemora el Día Mundial del Asma, instancia que tiene por objetivo concientizar a la población sobre la importancia de tratar esta enfermedad respiratoria.
Claudia Narváez, Directora de la Carrera de Enfermería de UDLA Sede Viña del Mar, explica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el asma es “una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias de niños y adultos, las cuales se estrechan debido a la inflamación y la compresión de los músculos que las rodean, impidiendo así una buena respiración”.
La académica detalla que epidemiológicamente en Chile se calcula que entre el 7% y 10% de la población tiene asma, sin embargo, el porcentaje podría ser mayor, pues es posible que existan sub diagnósticos de la enfermedad. “El asma se comporta además estacionariamente, pues sus síntomas se incrementan en épocas del año tales como el otoño e invierno debido a las características de sus días de clima frío y seco, los cambios constantes de temperatura y el uso de dispositivos de calefacción con emisión de gases o humo”.
Claudia Narváez recomienda estar siempre atentos a los signos y síntomas de alarma tales como:
Disminución de la capacidad para hacer actividad física, por ejemplo, cansancio al caminar o incluso al hablar.
Aumento de la dificultad para respirar al dormir plano en cama, no pudiendo dormir adecuadamente o bien despertando durante la noche por sensación de ahogo.
Tos irritativa y persistente.
Presencia de un silbido al respirar, ya sea en la inspiración o espiración.
La dificultad para respirar no se alivia, incluso después de usar el inhalador repetidas veces o no responde al tratamiento pautado por el médico.
La académica también menciona las siguientes medidas de prevención:
Evitar cambios de temperatura al salir de espacios calefaccionados a espacios fríos, se recomienda el uso de bufandas o pañuelos para cubrir boca y nariz. También es recomendable el uso de mascarillas para casos más graves.
Evitar ambientes contaminados con humo de cigarrillo o agentes ambientales tales como el humo de chimeneas.
Mantener una adecuada hidratación, pues el beber agua favorece mantener la humedad de las vías respiratorias.
En días muy fríos, evitar hacer ejercicio en espacios abiertos, privilegiando la actividad física en espacios cerrados.
Revisar los inhaladores de uso habitual, pues al estar guardados podrían haber vencido o estar en mal estado.
Cumplir con el calendario de vacunación estacionaria (influenza).