Por Estefanía Neumann Fuentealba, jefa de carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt
La ingesta de alimentos está determinada por diferentes factores relacionados con cada individuo, tales como la disponibilidad alimentaria, estado emocional, gustos y preferencias, entre otros. Sumado a lo anterior se deben considerar las características organolépticas, que es la percepción del alimento por medio de nuestros sentidos y que nos genera una sensación de bienestar posterior al episodio alimentario, sobre todo cuando un alimento es de nuestro agrado. Esta sensación se relaciona con la ingesta hedónica, conocida como el placer que genera el consumo de alimentos y que explica la necesidad de mantener la ingesta incluso cuando ya hemos consumido una cantidad suficiente de alimentos, aumentando el aporte energético de manera significativa.
La industria alimentaria juega un papel muy relevante en la ingesta de alimentos, ya que busca aumentar la venta de productos de diversos tipos utilizando estrategias que mejoren los aspectos sensoriales de sus alimentos, es así como incorporan aditivos con diferentes funciones, por ejemplo, aquellos que potencian el sabor de los alimentos, aumentando la palatabilidad y la ingesta hedónica. Un ejemplo de aditivo alimentario es el Glutamato Monosódico, reconocido como un acentuante o potenciador del sabor autorizado para ser incluido en los alimentos con este fin.
El efecto generado por este tipo de aditivos produce mayor consumo de alimentos relacionados al apetito o deseo de consumir un determinado producto por el placer que representan, y es aquí donde el glutamato monosódico se podría relacionar con una ingesta excesiva de los alimentos que lo contienen, generando un aumento de peso, elevado consumo de alimentos ultraprocesados, descontrol en las porciones consumidas, etcétera. Lo mencionado anteriormente es principalmente importante en nuestra población, puesto que actualmente las enfermedades derivadas de una mala alimentación afectan a un gran número de personas, como la hipertensión arterial, hipercolesterolemia entre otras. Además de los efectos en el consumo alimentario, estudios experimentales demostraron efectos negativos en el consumo de glutamato monosódico en ratas en su sistema nervioso, daño hepático y renal, resistencia a la insulina entre otras consecuencias.
Pero ¿en qué alimentos encontramos esta sustancia? principalmente en los productos ultraprocesados como snack, productos envasados listo para el consumo, caldos concentrados, carnes procesadas, etcétera. Este aspecto, pocas veces abordado, nos invita a preferir una alimentación más natural, con alimentos no procesados y que nos brindan muchos beneficios para nuestra salud, por otra parte, es un llamado a informarnos de los aditivos y sustancias utilizadas por la industria alimentaria, que busca mejorar el aspecto sensorial de sus productos y así sus ventas, pero no siempre se traducen en un beneficio para nuestra salud.