El “Molino Don Pedro” en Chonchi y el Predio “Los Ruibarbos” en Ancud, fueron destacados por las autoridades del Ministerio de Agricultura en la Región como un patrimonio vivo que rescata la cultura y las tradiciones ancestrales del trabajo agrícola en el archipiélago.
En el marco del Día de los Patrimonios que se celebra, este fin de semana, en nuestro país autoridades del Ministerio de Agricultura ( Minagri) en Los Lagos, encabezadas por la seremi, Tania Salas y le director regional de INDAP, Francisco Parada, visitaron emprendimientos que rescatan las tradiciones, costumbres y cultura del campo en Chiloé.
Cabe destaca que el Archipiélago de Chiloé, en 2011, fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como un Sistema Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), siendo el único territorio en Chile en obtener tal distinción, por lo que las autoridades del agro destacaron la relevancia de este hito.
De esta forma, visitaron Don José Gallardo, agricultor y emprendedor del sector los Petanes, comuna de Chonchi. Él junto a su señora, doña Etiopista Velásquez, son quienes mantienen vivas las tradiciones de Chiloé y de su familia, a través de la puesta en valor de un antiguo molino de piedra, que funciona con agua, de más de 100 años de antigüedad que perteneció al abuelo de don José y del cual nace el nombre de su emprendimiento familiar: “Molino de Don Pedro”: turismo patrimonial y ruta agroecológica.
Actualmente, este molino se encuentra en funcionamiento y reciben a turistas y otros agricultores interesados en conocer su predio, pues no solo cuentan con el molino, sino que también han desarrollado la agricultura en base a fundamentos agroecológicos, donde son ellos quienes realizan los preparados de distintos abonos y fertilizantes orgánicos y aplican antiguas técnicas agrícolas, lo cual los ha llevado a ser reconocidos bajo el sello SIPAM Chiloé.
Al igual que Rosa Pérez, una agricultora destacada del sector de Caulín, en Ancud, donde trabaja la tierra principalmente los ajos y los ruibarbos, cultivo al que debe su nombre este predio “Los Ruibarbos”, donde desarrolla el agroturismo desde hace varios años.
En su casa ha podido recibir numerosas agrupaciones y agricultores que desean conocer lo más profundo de Chiloé, los recibe en un quincho tradicional chilote y, alrededor del fuego, cuenta todos los conocimientos que posee y fue aprendiendo de sus padres y abuelos. El cómo trabajar la tierra y otras historias que cuenta alrededor de un tradicional fogón chilote. Unas ricas sopaipillas y un sabroso mate acompañan la conversación. Rosa fue una de las primeras agricultoras que fueron destacadas como guardiana del Chiloé como Sitio SIPAM, dado que ella, desde siempre ha conservado y utilizado semillas tradicionales.
PATRIMONIO VIVO
Un trabajo que reconoció el director regional de INDAP, Francisco Parada, destacando en el Día de los Patrimonios que tanto Rosa Pérez, como el matrimonio de Don José y la señora Etiopista, ponen en valor este patrimonio vivo en Chiloé.
“Reconocer que el patrimonio no son sólo las construcciones, las iglesias o los palafitos, tan característicos de Chiloé, sino también las personas, las culturas, las tradiciones que es lo que hemos venido a destacar acá junto a una buena conversación en torno a un fogón conociendo su historia, su trabajo productivo, pero también de lo que compone el patrimonio agroalimentario que queremos poner en valor como INDAP. Un sitio de importancia agrícola mundial que reconoce a Chiloé como protector y guardador de la cultura, del patrimonio humano y alimentario. Por lo tanto, en este Día de Los Patrimonios queremos poner justamente en valor el patrimonio humano y agroalimentario, las tradiciones, los productos y la forma de cuidar esta herencia”, destacó el directivo regional.
Asimismo, la seremi de Agricultura, Tania Salas destacó la posibilidad de dialogar y hacer un rescate patrimonial que ponga en valor lo que es Chiloé como sitio SIPAM y esa respuesta, dijo, pasa principalmente por su gente. “Con los campesinos y campesinas que han estado trabajando la tierra, que además cuidan los sistemas alimentarios, la biodiversidad, el medio ambiente, su flora y su fauna y es algo que necesitamos seguir manteniendo. El cómo se debe trabajar la tierra, el cómo debemos rescatar nuestras semillas, las recetas, las costumbres e historias del mundo rural. Eso es también patrimonio y es lo que tiene Chiloé junto con el sitio SIPAM”, señaló la autoridad.
HERENCIA Y TRADICIONES
Para don José Gallardo, de “Molino Don Pedro”, la molienda viene de su abuelo y su padre, por lo que es una gran responsabilidad mantener estas tradiciones vivas y vigentes para las nuevas generaciones.
“La gente venía a menudo a caballo a hacer su molienda. Mi papá los recibía y veces llevaba a los vecinos a la casa a tomar mate y dejaba moliendo el grano. Se hacía pan y se compartía con ellos y así él era feliz, porque era un servicio que prestaba a la comunidad, a toda la gente de los alrededores de Chonchi que se mantenían con la harina que salía de la molienda del trigo, la avena y el trigo centeno. Por lo tanto, conservar esa herencia que nos dejaron nuestros padres es una tradición muy bonita y, a la vez, una gran responsabilidad que hay que cuidar” señala.
Por su parte, Etiopista Velásquez, destaca que los visitantes y turistas que vienen al emprendimiento valoran que se mantengan este tipo de tradiciones y los elementos antiguos como el molino aún estén vigentes.
“Los turistas se van sumamente encantados y agradecidos, y para nosotros es muy emotivo ver la forma en que ellos aprecian que el molino de piedra aún esté funcionando. El que no se haya perdido toda esa tradición antigua. Además, yo también empecé a preparar cosas con la harina que se producía en este molino, principalmente, repostería como galletas, alfajores, tartaletas y el rico pan chilote. Así que estamos felices dando a degustar y consumiendo lo que producimos en el mismo molino. Una harina natural, artesanal y sin aditivos” señala.
Asimismo, Rosa Pérez del “Predio Los Ruibarbos” nos cuenta con orgullo y emoción que la vida en familia antiguamente giraba en torno al fogón chilote, a reunirse junto al fuego.
“En el fogón se cocinaba, se vivía y se dormía en torno a él. Todo lo que se preparara era alrededor del fuego. Se cocinaban las cazuelas de ave, estofados, se cocían las papas y el pan al rescoldo. Cocinar un chancho era una fiesta alrededor de un fogón, de principio a fin. Para el turista la experiencia y la vida que ven junto al fuego y a la comida es muy entretenida, ven una forma de vida cariñosa que quieren conocer y disfrutar en su estadía. Por eso, es muy importante continuar con el rescate de lo tradicional, de las historias, de las recetas, de la forma de vida insular, sobre todo en torno al fogón chilote”, destaca la agricultora de Ancud.