Michael Silva Espinoza
Académico Facultad de Ingeniería y Arquitectura, U. Central
El agua potable es un recurso esencial para la vida y, como tal, es fundamental garantizar su calidad y seguridad en nuestros hogares. Sin embargo, uno de los desafíos comunes que enfrentamos en muchas viviendas es la presencia de sarro en el agua.
Este es causado principalmente por la presencia de minerales como el calcio y el magnesio. Los que se depositan en las tuberías y otros componentes del sistema de agua, formando una capa dura y resistente conocida como sarro. Además de la apariencia antiestética que puede dar al agua, el sarro puede obstruir las tuberías y reducir la eficiencia de los electrodomésticos que utilizan agua (hervidores, lavavajilla, cafeteras, etc.), como también las calderas y los calentadores de agua (termoeléctrico).
Para reducir el sarro en el agua potable de una vivienda, es necesario considerar diferentes enfoques. Primero el tratamiento químico del agua (sales de polifosfato), que son dispositivos que utilizan productos químicos para alterar la composición de los minerales en el agua, evitando la formación de sarro. Eso sí, es importante tener en cuenta que el uso de productos químicos puede tener impactos en la calidad del agua y en el medio ambiente, por lo que es fundamental elegir productos seguros y certificados.
Luego consideremos la descalcificación (ablandadores de agua), una alternativa efectiva para reducir el sarro. Aunque los sistemas de descalcificación pueden ser costosos, ofrecen una solución a largo plazo y pueden proteger las tuberías y los electrodomésticos de los efectos negativos del sarro.
Por último, los filtros de agua que pueden ser una opción válida para reducir el sarro. Los filtros de ósmosis inversa, por ejemplo, eliminan los minerales y otras impurezas del agua, proporcionando un suministro de agua de alta calidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos filtros pueden requerir mantenimiento regular y un reemplazo periódico de los cartuchos filtrantes.