Desafíos de la Terapia Ocupacional con las personas mayores
Por Nataly Sepúlveda Améstica, docente de Terapia Ocupacional de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt
Las personas mayores en Chile forman parte del grupo etario más grande, correspondiente al 18,1% (INE, 2022), y en una población que va incrementando paulatinamente se espera que en el 2050 equivalgan al 32,1%. Considerando esto tenemos grandes desafíos como profesionales de la salud.
El envejecimiento poblacional y el aumento de la esperanza de vida, conlleva factores positivos y negativos. Por un lado, tenemos personas mayores activas y por otro, un aumento del sedentarismo ocasionado, muchas veces, por la situación de salud que se encuentran viviendo, presentándose un aumento de tumores malignos y presencia de enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio, lo que provoca un aumento de personas en situación de discapacidad y, debido al contexto, un impacto en el desempeño de éstos en sus actividades de la vida diaria y una restricción en su participación social.
La existencia de escasas redes de apoyo y las dificultades de desempeño ocupacional de las personas mayores, conllevan a mayor aislamiento, pérdida de roles y abandono o dificultad para la realización de sus ocupaciones significativas, ocasionando una mayor dependencia y un requerimiento de cuidados especiales en salud y en su contexto diario.
Como Terapeutas Ocupacionales (TO) tenemos un rol fundamental tanto con las personas mayores autovalentes, como con las con algún grado de dependencia, además, de una responsabilidad social en nuestra vida diaria. Es por ello, que debemos enfocarnos en la promoción, prevención y rehabilitación de esta población, promoviendo un envejecimiento activo y saludable y enfocándonos en trabajar la mantención y/o mejoramiento de las habilidades de la persona, con la finalidad de aumentar su desempeño ocupacional y su participación social; considerando sus características personales, culturales e intereses individuales, lo que les dará un sentido de pertenencia, mayor motivación y una mayor adherencia a nuestras intervenciones.
Debemos ser capaces de organizar entornos seguros en los diferentes contextos en los que se desempeñan las personas mayores, para facilitar el desarrollo de sus actividades, brindarles apoyo a los cuidadores, vincularlos con agrupaciones o aumentar sus redes de apoyo, contención emocional, estimulación sensorial y cognitiva y de cada una de sus habilidades tanto motoras, como mentales y de interacción social. Para todo lo anterior, es fundamental considerar a la familia como parte de los procesos de rehabilitación y empoderar a las personas mayores para que sean agentes activos en su recuperación y autonomía, creando planes de tratamiento consensuados en donde lo que ellos piensen sea tan relevante como lo que el Terapeuta Ocupacional detecta necesario de abordar.