Yerko Villanueva:

“Hemos logrado encender muchas llamas y seguiremos siendo un fuego que enciende otros fuegos”

A pocos días de que Hogar de Cristo cumpla 79 años, decidimos explorar el impacto de la organización solidaria en nuestro territorio y su trayectoria a través de uno de los líderes más destacados: Yerko Villanueva. Un reconocido trabajador social que ha emergido en Los Lagos como una de las voces más influyentes en el análisis de las diversas causas de la pobreza en nuestro país.

Por Matías Concha P.

«Hoy en día, la pobreza en nuestra región se presenta de manera más compleja, más invisible, más solapada y más cruel. Se entrelazan diversos factores, como la crisis económica, el fenómeno migratorio y el incremento del costo de vida, lo que ha encarecido aún más la vivienda y, como resultado, ha aumentado el número de personas en situación de calle”, explica el jefe social territorial de Hogar de Cristo, Yerko Villanueva (49), quien ha estado al frente de la organización solidaria en Los Lagos durante más de 20 años.

Bajo su liderazgo, Hogar de Cristo administra dos hospederías: una en Osorno, que acoge a 51 personas sin hogar, y otra en Puerto Montt, con capacidad para 50 residentes. Además, supervisa el Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor (PADAM) en Osorno, fomentando actividades y relaciones para la inclusión social de 120 adultos mayores vulnerables. Asimismo, encabeza otro PADAM en Puerto Montt, brindando apoyo a 60 personas mayores. A esto se añade su liderazgo en una residencia para adultos mayores y un jardín infantil, que resguarda los derechos de más de 70 niños y niñas.

“Me emociona pensar cómo ha cambiado la causa en tantos años… En los años 90 se trabajaba con mucha esperanza en lo “providencial” o “milagroso”, con decir que había días donde no había nada para echarle a la olla y los mismos trabajadores y voluntarios se las jugaban por conseguir huesos y verduras para cocinar caldos. Sin duda, era todo más difícil y al límite”, recuerda.

Este 19 de octubre, Hogar de Cristo celebrará 79 años de existencia. Un aniversario que coincide con una crisis económica, el fenómeno migratorio, el envejecimiento de la población y la demanda de una nueva Constitución. En medio de este complejo escenario, Hogar de Cristo está reevaluando su labor y ha redefinido su estrategia social.

-¿Cómo ha cambiado la labor de Hogar de Cristo?

Hoy es más profesional y más consistente, no podemos depender de que llegue una donación caída del cielo para mantener funcionando el Hogar de Cristo, los más pobres necesitan alimento y cuidado sin interrupciones. En definitiva, Chile ha cambiado. Hoy es un país con mayor pobreza, más diverso, con una ciudadanía que exige participación. Por lo que se necesitan programas insertos en los territorios, que trabajen con las comunidades y potencien la autonomía de las personas que viven en situación de pobreza.

-¿En qué se traduce ese cambio?

A nivel mundial, hay una tendencia hacia la desinstitucionalización en temas de salud mental, envejecimiento, discapacidad e infancia. Por ejemplo, en nuestros PADAM en Osorno y Puerto Montt, Hogar de Cristo visita a las personas mayores en sus hogares y comunidades, proporcionando cuidado tanto para ellos como para sus cuidadores, quienes a menudo también son adultos mayores. Esto beneficia doblemente a las familias, especialmente a aquellas en áreas rurales y remotas. En el fondo, es un cambio de paradigma, porque Hogar de Cristo camina al encuentro de los más pobres y no al revés.

LOS EXCLUIDOS DE LA CASEN

La encuesta CASEN 2022 en la región de Los Lagos presenta una paradoja notable. A primera vista, muestra una reducción de 4.5 puntos porcentuales en los índices de pobreza por ingresos y un 4.9% menos en la tasa de pobreza multidimensional, en comparación con los dos años posteriores al inicio de la pandemia. Esto podría considerarse un éxito evidente. Sin embargo, al examinar detenidamente los números y gráficos, emerge una realidad de pobreza mucho más profunda y compleja

“En Los Lagos hay más de quinientas personas en situación de calle, según el registro del Ministerio de Desarrollo Social y la Familia, focalizándose el mayor porcentaje en las comunas de Puerto Montt y Osorno. Este grupo poblacional no es considerado por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica. Y las cifras que se manejan no se condicen con lo que ven a diario quienes trabajan diariamente en contacto con la pobreza, como nuestros voluntarios y trabajadores en las hospederías de Hogar de Cristo. Ellos aseguran que hay otros cientos más, invisibles al universo de las estadísticas oficiales”, opina el líder de Hogar de Cristo, Yerko Villanueva.

Tras la publicación de los resultados de la CASEN 2022, los titulares iniciales fueron optimistas: “Histórica disminución de la pobreza”. Sin embargo, esta positiva noticia no incluyó a los invisibles, que son los hombres y mujeres que no tienen ni siquiera un techo para cobijarse.

-¿Existen soluciones definitivas para este grupo de personas?

-Hoy existen dos ejes esenciales para abordar esta realidad: la necesidad de refugios para personas que no tienen dónde estar, como la nueva Hospedería que inauguraremos en los próximos meses y que contará con nuevos y mejores estándares de calidad y, lo más difícil, una solución definitiva, que necesariamente pasa por programas de otro nivel, como “Vivienda Primero”, presente en Santiago, Concepción y Osorno, que entrega justamente un techo sin pedir nada a cambio a mujeres y hombres con más de 5 años en calle y de más de 50 de edad.

-¿Por qué no se ha instalado en otros territorios?

-Aunque las personas en situación de calle crecen, los presupuestos no lo hacen. Este año, el destinado a Vivienda Primero es de 28 mil millones de pesos, pero sin reajuste de IPC, lo que hace peligrar su viabilidad porque los arriendos y el costo de la vida suben. Peor le fue al programa Noche Digna, que sufrió recortes.

-¿Qué podemos esperar de Hogar de Cristo en los próximos años?

– He tenido el privilegio de ser parte del Hogar de Cristo durante casi un cuarto de siglo, y la evolución ha sido monumental… Sin embargo, más allá de lo que podamos anticipar, quiero enfatizar lo que el Hogar de Cristo seguirá siendo. Nuestra causa nunca perderá ese espacio de escucha, protección y conexión que representa. En estos casi 79 años de vida, hemos logrado encender muchas llamas, y sin duda, seguiremos siendo como un fuego que enciende otros fuegos.