Nicole Augsburger Académica de la Carrera de Terapia Ocupacional UDLA Sede Viña del Mar
En octubre se conmemoró el “Mes del Adulto Mayor” en Chile, lo que se transforma en un momento propicio para reflexionar sobre un tema que a menudo pasa desapercibido: la sexualidad en este grupo etario. Nuestro país se enfrenta a un rápido proceso de envejecimiento poblacional debido a las bajas tasas de fecundidad y el aumento de esperanza de vida, entre algunos motivos, transición demográfica que ha transformado parte de la dinámica en la sociedad, observando cómo estereotipos y prejuicios en torno a la sexualidad de estas personas han sido una barrera.
Los esfuerzos en la promoción del envejecimiento activo y el impulso en la implementación de normativas, leyes, programas y proyectos destinados a mejorar su calidad de vida han ayudado a reducir estigmas, pero aún quedan temas pendientes por abordar de manera integral, entre ellos la sexualidad.
En terapia ocupacional esta es considerada y clasificada como una parte integral de las actividades básicas de la vida diaria, esencial para el bienestar físico y emocional de las personas mayores. Mantener una vida sexual activa y satisfactoria contribuye a la calidad de vida y puede tener un impacto positivo en la salud integral. La falta de información y de apoyo en relación a este tema puede tener consecuencias negativas para este grupo, como la depresión, disminución de la autoestima y/o de la autopercepción y la pérdida de intimidad en las relaciones.
A medida que Chile continúa experimentando un rápido proceso de envejecimiento poblacional, es esencial que la sociedad y los profesionales del área se comprometan a aportar en la eliminación de los tabúes en torno a la sexualidad, sobre todo de las personas mayores, a modo de brindar el apoyo necesario para garantizar una vida sexual saludable, satisfactoria y plena en esta etapa de la vida. Además, se debe impulsar programas de apoyo y servicios de salud específicos para abordar las necesidades sexuales en este grupo, ofreciendo espacios seguros, educación y terapias o tratamiento cuando sea requerido.
Es momento de reconocer y respetar las necesidades y deseos de las personas mayores en este aspecto, promoviendo una sociedad más inclusiva y consciente de la diversidad de experiencias y vivencias de las distintas etapas y ciclos vitales.