¿Cómo se trabaja la activación de los sentidos en la equinoterapia?
La terapia de “activar los sentidos”, tiene muchos beneficios, desde la liberación de cuadros de estrés y depresión, hasta estimular emocional y cognitivamente a niños con TEA.
La equinoterapia es una terapia integral en la que, por medio de actividades dirigidas, se guía al paciente hacia los objetivos que previamente se han definido, de acuerdo con sus necesidades. El caballo es el agente que facilita que se consigan dichos objetivos y el trabajo terapéutico atañe directamente en el área motórica, cognitiva y conductual del usuario. De esta forma aparece la integración sensorial o activación de los sentidos, una línea de trabajo en la equinoterapia, un proceso neurológico que integra y organiza casi todas las sensaciones que experimentamos de nuestro propio cuerpo, tales como vista, oído, tacto, olfato, movimiento, gravedad y posición en el espacio.
“Este trabajo consiste en activar nuestros sentidos, conectarlos uno a uno para recibir un estímulo con un objetivo específico. Nosotros denominamos a esta terapia “Sentido para los sentidos». Ya la equinoterapia y el hecho de estar al aire libre, estimula, pero, principalmente, los que trabajamos son los sentidos de la vista, a través de la colorterapia, el sentido del olfato y el sentido del tacto, en contacto con el caballo o implementos sensoriales”, destaca la presidenta de la Fundación Ecuestre, Deportiva y Cultural de la región de O’Higgins “EQQUS MUNDO” (@EQQUSMUNDO), y técnico en terapias asistidas con caballos del Neuroscience & Coaching Institute de Texas EE.UU, Fabiola Antonucci.
La terapia de activación de los sentidos por medio de la equinoterapia, es muy recomendable para niños y niñas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), debido que promueve nuevas formas de intervención, desde un enfoque interdisciplinario que permite trabajar en una perspectiva integral del niño, incorporando al caballo como un componente esencial del proceso de tratamiento, actuando como mediador terapéutico principal, con el objetivo de promover las habilidades sociales y comunicativas. “Es ideal para aspectos emocionales, conductuales, sensoriales y educativos. Las razones son porque a todas las personas nos gusta sentirnos tranquilos, felices, relajados, y que esa sensación y aprendizaje no se olvide, que se prolongue en el tiempo. No todas las personas están hechas para aprender o ir a terapia entre cuatro paredes”, agrega la especialista de EqqusMundo.
“Cuando asisten niños o niñas con TEA a sus sesiones en la Fundación, muchos de ellos vienen con un entusiasmo grande. Pero otros expresan algo de temor o sorpresa, ya que en la mayoría de los casos, es su primera vez, y les puede afectar ver un caballo, que son seres enormes. Siempre sirve mucho que los padres puedan anticipar lo que va a suceder y lo que van hacer. Luego, logrando una primera instancia de confianza con los niños, pasamos del contacto a la monta. Hay algunos niños que incluso montan a pie descalzo, en distintas posturas, sienten al caballo, ejercitan respondiendo a las actividades, a los colores, y a los estímulos olfativos. Se van relajados y felices” afirma Fabiola Antonucci.
En general, en la Fundación EqqusMundo, las sesiones de activación de los sentidos en equinoterapia se trabajan de la siguiente manera:
- Una sesión comienza con la creación del vínculo con el caballo, tocar, mirar, dejar olerse y oler también. La aromaterapia se puede aplicar en un objeto acorde, o un poco de algodón o paño de tela, que permita una respiración cómoda y amigable.
- De ahí se procede a la monta, que es prácticamente directa con el caballo. Solo lo que separa del contacto con el animal es un mandil o pelero delgado para poder recibir el calor del equino en las piernas y base de columna.
- Se debe caminar con el caballo al menos 10 minutos. Luego, en distintas islas de detención, se trabaja con los colores, mostrando una placa con el color a tratar, se observa detenidamente, se crean historias, imágenes en conversación, todo a través del color. También se practica la observación del color en el caminar del caballo, a través de otros soportes y creando situaciones. El cerebro va procesando las imágenes y teniendo efectos, según el color aplicado. Luego se pueden hacer otros ejercicios o prácticas más libres que estén dentro del objetivo a trabajar, en el aspecto cognitivo, emocional, conductual, entre otros.
- La sesión dura 30 a 35 minutos en monta. Al final se realizan los ejercicios de relajación y respiración, donde nuevamente se aplica la aromaterapia.
Es importante señalar que esta terapia la realizan profesionales, como terapeutas ocupacionales, psicólogos, kinesiólogos, y asistentes voluntarios y practicantes que apoyan en todo momento el trabajo que se desarrolla en la Fundación.
Pero, ¿para qué personas no es aconsejable trabajar la terapia de los sentidos? La especialista indica que, “cuando la sobrecarga de estímulos pueda ser perjudicial o descompensar a la persona. Tampoco es posible para casos de obesidad mórbida o para personas que padezcan de ataques de epilepsia no tratada. Para todos los pacientes que se requieran, siempre en EqqusMundo solicitaremos una autorización médica que respalde que puede hacer la actividad”.
Los beneficios que se pueden empezar apreciar con la terapia de activación de los sentidos a partir de la tercera a cuarta sesión son:
- Activación y distensión de músculos.
- Activación de sistema circulatorio, sistema nervioso (se produce mayor irrigación).
- Liberación de estados de estrés y depresivos.
- Mejoras conductuales.
- Aprendizaje significativo e integración de conocimiento.
- Se fomentan los estados de felicidad, motivación, concentración y de conciencia
En el caso de los beneficios para los niños y niñas con autismo, la especialista de EqqusMundo destaca, “como es altamente sensorial, diría que es el factor más importante y de mayor conexión con los niños. En general, la respuesta es bastante positiva. En lo que refiere al aspecto emocional y conductual, siempre detectamos sus estados de felicidad, siendo la respuesta más reiterada en los ejercicios”. A través de las actividades se logra que el niño se sienta cómodo y desarrolle una actividad de disfrute al aire libre, en contacto directo con la naturaleza que, además de tener efectos favorables a nivel psíquico y emocional en el niño, habilita la posibilidad de salir de la rutina de una terapia convencional. De esta manera los caballos resultan ser auténticos recursos terapéuticos, ya que, a través de la diversión, la amistad y confianza que estos generan, ayudan a mejorar tanto aspectos físicos como psíquicos del paciente.