«Es experto, se preocupa de todos los detalles», dice una de sus víctimas.
La Brigada de Delitos Económico de la PDI de Puerto Montt logró capturar a un hombre acusado de una serie de estafas. Según un reciente fallo, emitido por Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puerto Montt, este individuo demostró habilidad para llevar a cabo diversos engaños.
De 38 años, y con más personalidades que Leonardo DiCaprio en “Atrápame si puedes”, se camuflaba hábilmente bajo diferentes disfraces. Desde ser propietario de parcelas hasta convertirse en un negociante de containers.
“Aparentaba ser un exitoso em- presario de la zona”, afirma Fernando Gajardo, subprefecto jefe de la Brigada de Delitos Económicos de Puerto Montt. “Ofrecía servicios y ofertas muy rentables. Las personas as veían como una oportunidad que no podían desaprovechar”, concluye.
Su recorrido de estafas comenzó en enero de 2020, cuando logró atraer a una persona en un campo en Los Muermos, la misma zona donde residía en la Región de Los Lagos. Aprovechó la confianza que había ganado al realizarle trabajos mecánicos para después venderle una parcela ficticia.
Sin detenerse tras su primer golpe, en abril de 2021, repitió la artimaña: convenció a otra persona para invertir en un terreno inexistente, esta vez en Puerto Montt. El juego de engaños continuó en diciembre de 2021, cuando persuadió a una nueva víctima para adquirir enseres de hogar. En marzo de 2022, logró convencer a otra persona para invertir en un negocio de venta de leña.
“Voy en camino”
Su última estafa conocida, y que finalmente lo condujo a su detención, fue cuando se presentó como vendedor de contenedores. La víctima de esa estafa cuenta que un maestro con quien trabajaba en la construcción de su nueva casa se lo recomendó. “Me llegó un cliente hace un mes a unas cabañas, un veraneante, que vende unos contenedores”, dijo el maestro. «El hombre tiene familia, hijos, señora, es súper amoroso; y me habló de que tenía muchas cosas para vender”, agregó. “Nunca sup si el maestro también estaba metido, porque él también compró un contenedor”, se cuestiona ahora la mujer estafada.
Luego recuerda cómo se gestó el fraude. Describe al estafador como un tipo amable. “Él es como un típico gallo sureño”, dice. “Primero me dijo por mensaje de WhatsApp: ‘Hola señora, ¿cómo está? Ya tengo los containers, no se preocupe”. Y cuando me empezó a hablar así de buena onda, yo enseguida le transferí”, recuerda.
Todas las conversaciones fueron por mensajes de WhatsApp. “Nunca quiso hacer videollamadas”, afirma. Al principio, recibió fotos de los contenedores. Luego, un audio donde el estafador simulaba estar en un camión, por un camino de tierra, rumbo a entregarlos. «Voy en camino”, le dijo. “Se oía el ruido del camión”, describe. “El tipo es experto, se preocupa de todos los detalles; el tipo sabe. Es tan inteligente que me mandaba fotos de contenedores y de su camión. Y resulta que las había sacado de Google”. Durante la tarde del día que sería la entrega, se dio cuenta de que nunca llegarían los contenedores. “No tenía ni un mensaje, ni una llamada; ahí recién me cayó la teja”, lamenta.
Los falsos negocios le reportaron varios millones de pesos que sus víctimas le transferían confiadas.
Desde el Tribunal de Puerto Montt informan que el estafador fue condenado a una pena de 8 años de prisión. El abogado defensor presentó un recurso de nulidad. La trama continúa porque ahora la Corte de Apelaciones debe decidir sobre su admisibilidad.
Fuente: www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2024-02-28&EsAviso=0&PaginaId=14&bodyid=0