La luz azul emitida por las pantallas de los dispositivos tecnológicos que utilizamos diariamente, como celulares, computadores o tablets, son una fuente de este tipo de radiación que tiene consecuencias dentro de los usuarios. Sin embargo, la luz HEV mantiene una mayor relevancia a nivel dermatológico, en la generación de manchas dentro de las zonas expuestas, que en la radiación como tal que se recibe.
Si bien, este tipo de luces tienen una energía mucho menor a la de los rayos UVA o UVB, de igual manera incide en el envejecimiento de la piel y en el desarrollo de cáncer. Sin embargo, la proporción es muy poca respecto a aquella radiación que produce el sol en el organismo, pero no por ello carece de importancia. Las pantallas emiten una luz azul intensa, considerando además la gran cantidad de tiempo que las personas se exponen a ellas durante su cotidianeidad.
La protección en estos casos es relevante, ya que, puede producir manchas poco saludables e incomodas a nivel estético en la piel. Por ello, el uso de protección solar no debe limitarse únicamente cuando las personas se encuentran en el exterior, sino, durante todo el tiempo. La luz o la radiación solar que entra por las ventanas dentro de una vivienda, afectan en la piel de igual manera.
En este sentido, los radicales libres emitidos por las luces artificiales de estos artefactos, afectan en aquellas capas más profundas de la piel, de esta forma, se activa a los melanocitos, quienes producen mayores cantidades de melanina, intentando proteger naturalmente la zona expuesta, generando hiperpigmentaciones que se ubican generalmente a nivel facial.
Ahora bien, desde un punto de vista práctico, la aplicación de un protector solar es lo más importante, por lo que se debe dar una mayor prioridad a este tipo de productos para aplicar en el rostro diariamente. De igual forma, los requerimientos necesarios varían según cada tipo de piel, patologías que pueden ser incidentes y en la edad del paciente. Existen casos de personas que poseen una piel más seca, por lo que precisarán del empleo de una crema humectante adecuada antes de la protección solar necesaria. Estas situaciones en general se dan en pieles de sobre los cuarenta años, aunque dependerá en cada situación.
Para esta problemática, cada vez común, considerando la gran dependencia que se ha generado con los dispositivos tecnológicos, se han creado productos dermatológicos específicos vinculados a aquellos pacientes que se exponen durante mucho tiempo a la luz azul, como, por ejemplo, quienes mantengan una jornada laboral de manera online, manteniendo un constante contacto con la pantalla de un computador.
En general, el cuidado brindado por un protector solar puede ser suficiente para prevenir los efectos negativos a nivel de la piel, evitando la hiperpigmentación generada por un exceso de melanina que se puede producir al momento de la exposición habitual hacia la luz azul HEV. Pese a ello, los efectos a largo plazo aún se desconocen debido la eventualidad de este tipo de tecnologías.
Dr. Jorge Burgos Araya, dermatólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.